Por A. Salvador.
Hoy entrevistamos a Oriol Rusca, abogado penalista y durante estos últimos cuatro años (2013-2017) decano del Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona (ICAB). Hasta el último de sus días en el cargo, Oriol no ha perdido esta proximidad que ha caracterizado su mandato al frente de los abogados barceloneses. Sin duda ha sido un buen decano que ha ejercido el cargo con coraje y mucha dedicación.
El pasado día 28 de junio fue escogida Mª Eugènia Gay como decana de la ICAB. Por qué decidiste no volverte a presentar a la reelección al cargo de decano?
Me decidí no presentarme a la reelección por diferentes motivos. Un primer motivo, en el que creo de verdad, porque la tradición en Barcelona es que un decano ocupe el cargo sólo durante cuatro años. Las únicas excepciones han sido dos muy puntuales y por motivos muy concretos; uno fue Eugeni Gay y el otro Jaume Alonso-Cuevillas. Los dos decanos ostentaron el cargo durante dos mandatos por motivos muy coyunturales propios de su momento. El resto de decanos han ocupado el cargo durante cuatro años y han dado un paso al lado. Y creo que esto es algo muy bueno para la institución.
En segundo lugar, creo que si te alargas más de cuatro años en el ejercicio del cargo, es extremadamente difícil compaginar el trabajo de decano con el ejercicio profesional al frente del despacho. Personalmente, creo que cargos gratuitos como el de decano en instituciones como el ICAB se tienen que asumir con responsabilidad y, llegado el momento, dar un paso al lado en favor de otros compañeros.
Además, creo que, si yo me hubiera presentado y suponemos que hubiera ganado, habría perdido un poco la inocencia y la ilusión del primer mandato… Para todo esto, lo mejor es permitir el paso a otros compañeros; por eso, el ICAB es el colegio de abogados que más decanos ha tenido, justamente, por esta tradición.
Cómo crees que los compañeros recordarán tu decanato?
No lo se. Como mínimo creo que recordarán que he sido honesto y cercano, que he estado junto a los compañeros cuando me han necesitado y que las puertas de mi decanato han estado en todo momento abiertas para cualquier compañero, sin dejar que nadie se quedara fuera. Esto ha estado claro durante todo mi mandato.
Por otro lado, creo que el trabajo institucional al frente del ICAB, de representación de la abogacía ha sido excelente. Y en estos momento creo que el ICAB tiene un peso muy importante a nivel de Barcelona, Cataluña, España y Europa.
Finalmente, creo que no es bueno hacerse una autoevaluación a uno mismo; hay quién es muy autocomplaciente y quién es muy crítico. Sinceramente, creo que es la historia quien lo dirá; con la distancia y el tiempo podremos ver cuál será el recuerdo de mi decanato.
Cual crees que ha sido tu mayor acierto y cual lo mayor error durante tu mandato?
Como acierto, yo creo que tenemos un equipo de verdad de diputados y diputadas y que hemos trabajado muy bien. Así mismo, creo que respecto todo aquello que ha sido luchar por la defensa de los derechos sociales, el ICAB no ha actuado sólo como una corporación de abogados, sino como una institución de la sociedad que ha estado junto a los ciudadanos cuando ha sido necesario, en temas como los de los refugiados, los de las personas más necesitadas… Puedo decir que la función publica y social que ha tenido el ICAB durante mi mandato es una de las cosas de las que más orgulloso me siento. A día de hoy, tenemos las puertas totalmente abiertas de cualquier institución, así como tanto de la Generalitat como del Estado; esto es así, porque todos saben que el ICAB es una institución leal y seria, y esto es algo que me llena mucho como decano.
Si me preguntas de qué cosa me arrepiento; yo ahora mismo te diría que no me arrepiento de nada. Creo que han habido cosas donde habremos sido más acertados que otras y que mucha gente pensará que hemos hecho cosas mal y otras que las habremos hecho muy bien, pero, mi misión como decano es pensar y tomar decisiones para todo el colectivo y esto siempre hace que no todo el mundo pueda estar contento con todo.
La iniciativa del Decanato Abierto fue una de las propuestas estrella de tu campaña de ahora hace 4 años. Crees que ha tenido una buena acogida entre a los colegiados durante tu mandato?
El Decanato Abierto era una necesidad, algo básico. Creo que ha sido una de las iniciativas que más han agradecido y valorado los abogados, no por el uso que se le puede hacer, sino por saber que existe y romper así con la idea y la imagen que el decano está encerrado en su despacho y que no se puede acceder a él. El decano está para los problemas individuales y concretos de cada abogado y en todo aquello que se los ha podido ayudar, se los ha ayudado. Estamos y hemos estado para todo el mundo y para cada uno de los compañeros. Así mismo, por este hecho, sólo la existencia del Decanato Abierto ya ha dado mucha tranquilidad a los compañeros; lo importante del Decanato Abierto es que se puede acudir directamente al decano y tratar cualquier problema directamente con él y saber que el decano es una persona cercana y no alejada de los colegiados y de sus problemas.
Que esperas del próximo mandato de Mª Eugènia Gay como decana de la ICAB?
Espero y tengo la confianza de que será una buena decana que pensará en todo el colectivo. Espero que sea ella, que sea autentica, que haga aquello que piense que es lo mejor para todo el mundo. No espero que siga unas cosas, que rompa con otras… No. Espero que haga lo que quiera, lo que crea… pero, siempre que lo haga con reflexión, serenidad y tranquilidad, lo hará bien. Y conociendo a Eugènia, creo que lo puede hacer muy bien, además del buen equipo con el que se ha rodeado. Espero que haga que el colegio sea mucho mejor del que yo lo he dejado. Es la obligación de todo decano y decana; el decano o decana último tiene que ser siempre mejor que su antecesor.
Para finalizar, qué consejo o sugerencia querrías dar a tu sucesora en el cargo?
Consejos no se pueden dar; cada cual se encuentra en un momento histórico y en un momento diferente. Lo único que estoy convencido es que frente todas las decisiones que tenga que tomar, frente al sentimiento de soledad que muchas veces tiene un decano, de no saber qué hacer, si hay reflexión, serenidad y tranquilidad y se piensa en sentido común, siempre tomará las mejores decisiones para todo el colectivo. Y creo que Eugènia es una persona que actuará así, por lo tanto, auguro un muy buen decanato de ella.