“Menos cantidad, más calidad y menos precipitación a la hora de legislar”

Por Gisela Roig.

Traducción por Clàudia Mestres.

Barcelona.

Son las 19.30 de la tarde de un lunes y Pedro Yúfera y Marta Legarreta me esperan en su despacho para hacer la entrevista. Hoy hablamos de su nuevo libro, “Guía práctica de la comunidad de propietarios en Cataluña: como evitar problemas legales con tus vecinos”, publicado de la mano de Atelier el pasado 2 de octubre. El libro recoge los elementos esenciales de la nueva ley de propiedad horizontal que regula Cataluña desde el pasado julio de 2015. Pero dejemos que sean ellos quienes lo cuenten…

Me reciben en su despacho, y, después de una cálida bienvenida, me enseñan su zona de trabajo y acabamos en una sala de reuniones donde nos ponemos cómodos para empezar.

Pedro L. Yúfera es ex-decano del Ilustre Colegio de la Abogacia de Barcelona (del 2009 al 2013), socio del despacho que lleva su nombre y profesor asociado en ESADE y la escuela de práctica jurídica del ICAB, aunque en su currículum aparece que ha impartido clases por todo el mundo. 

Marta Legarreta es licenciada en Derecho por la Universitat Pompeu Fabra y socia del despacho Yúfera Abogados; pero también recoge una amplia experiencia docente, habiendo impartido clases en ESADE y siendo actualmente profesora del Máster de Acceso a la Abogacia por la UPF, directora del curso “La reforma arrendaticia” por la Universitat Oberta de Catalunya y tutora de jueces en prácticas, entre otras.

Pedro. L. Yúfera, Marta Legarreta

Para empezar, situemos al lector sobre el libro del queremos hablar hoy… ¿Cuáles son sus ejes básicos?

Pedro L. Yúfera: La idea era crear un libro sencillo que, de alguna manera, sirviera como herramienta para que la gente pudiera, por ejemplo, ir a las reuniones de vecinos sabiendo de qué manera los ampara la ley o cuáles pueden ser las consecuencias de aprobar un acuerdo u otro. Incluso para los administradores de las fincas.

Ya hemos escrito otros libros sobre la materia, mucho más extensos y técnicos. Por esto este libro marca una diferencia con el resto de ofertas del mercado.

Marta Legarreta: Resumidamente, queríamos que este fuera una “guía de bolsillo” que recogiera los elementos básicos de la nueva normativa catalana. Un libro para el público general, no sólo para juristas experimentados −a quienes este libro también les puede servir como una primera aproximación. Pero las expresiones utilizadas en el libro intentan huir de los tecnicismos propios del lenguaje legal y utilizar palabras tal vez menos precisas pero que sean entendedoras para todo tipo de público, sobre todo aquel no formado en leyes.

¿Qué destacaríais del libro?

P: Sobre todo el esfuerzo de acercar al público general una ley que es bastante complicada de entender, incluso para los juristas. Además, la gracia está en que la ley se publicó el pasado julio del 2015 y en el hecho de que en estas fechas (mes de noviembre) ya se haya publicado un libro de estas características que hace una primera aproximación a todo el contenido de la ley; también es un elemento del que  estamos orgullosos.

De hecho, ya ha habido administradores de fincas que se han puesto en contacto con nuestro despacho para pedirnos sesiones monográficas de formación al respecto; a raíz de haber leído nuestro libro.

¿De donde sale la idea de escribir este libro? ¿Qué es lo que os inspiró?

P: Supone un reto hacer un libro de estas características sin rebajar el nivel, buscar palabras lo más precisas posibles sin caer en tecnicismos, hacer las explicaciones sobre lo que recoge la ley de manera sencilla. Ya sabes que los juristas tendemos a usar un vocabulario muy concreto.

M: Sí, mi marido siempre me comenta que cuando hablo de cosas sobre derecho uso palabras muy extrañas a su vocabulario y me dice “no estoy entendiendo lo que me estás explicando” −comenta riendo. Así que esto es lo que queríamos evitar en esta publicación y por eso hemos tenido que hacer un esfuerzo doble.

P: Hay mucha gente que, por culpa de la crisis, ha tenido que dejar de recurrir a profesionales para administrar sus fincas y propiedades horizontales y ha tenido que asumir ella misma la gestión de las fincas. Por eso este libro le ha servido mucho.

M: A lo largo del libro el lector verá que no se citan sentencias ni artículos, pero esto no quiere decir que no se  desarrollen sus ideas; y creo que este es también un punto fuerte.

¿Cuál diríais que es el problema más común en relación a la propiedad horizontal?

P: Diría que los conflictos que nacen de asuntos de propiedad horizontal, más bien se podrían resolver a través del sentido común; por eso se obliga al legislador a regular de manera muy exhaustiva todas las posibles situaciones en las que se pueden encontrar los afectados.

Pero si hubiera que citar un problema diría que el más habitual es con temas de ascensores y elementos comunes. Por ejemplo, sobre eso del sentido común, recuerdo un caso en el que en la junta se llegó a un acuerdo que decía algo así como “Se recuerda que los perros no pueden andar sueltos por las zonas comunes de la finca.”. ¿Realmente era necesario establecer por escrito este acuerdo? Si la gente hablara más y tuviera más cabeza en estos conflictos cotidianos, no haría falta acudir a los juzgados tan a menudo.

El preámbulo del libro empieza “La voluntad de los autores es acercar el régimen de la propiedad horizontal al profano,…” ¿Opináis que hay una desconexión entre la ley y la gente?

P: Sí, ya lo dice el hecho de que “La ignorancia de las leyes no exime de su cumplimiento”, pero el problema reside en el hecho de que en las comunidades de propietarios hay mucho boca-oreja; algo que también pasa en materia de arrendamientos urbanos, por ejemplo. Hay “creencias populares” que se forman alrededor de ciertos temas, sobre todo aquellos que afectan tan directamente la vida de las personas. Todo el mundo “cree saber” cómo es la ley en estos casos y a través del boca-oreja se acaban haciendo malas interpretaciones sobre la letra de la ley, y por eso creíamos oportuno hacer este libro que puede ayudar a disipar estas dudas o creencias populares.

¿Cómo creéis que se podría cambiar esta percepción?

P: Hay una corriente que está planteando que hace falta más claridad en las sentencias pero también en las propias leyes. Incluso nosotros, los que hemos estudiado las leyes, a veces tenemos dificultades para interpretar las normas o entender los razonamientos de las sentencias. Por eso, iniciativas como estas sí podrían acercar el derecho, puesto que si el objetivo último del derecho es regular la sociedad, hace falta que facilitemos su entendimiento a todo el público, hay que acercar las leyes a los ciudadanos.

M: Resumidamente, yo diría que el objetivo respecto a las leyes tiene que ser menos cantidad, más calidad y menos precipitación a la hora de hacerlas. Nos damos cuenta de que en el sistema legal falta una cierta estructura.

Y en relación con esto, usted, Sr. Yúfera, habiendo sido decano del Ilustre Colegio de la Abogacia de Barcelona, ¿considera que la ciudadanía tiene una opinión favorable al sistema de justicia? ¿Cuál es la opinión que usted podía percibir?

P: No, en absoluto hay opinión favorable al sistema de justicia alguna, y con razón. El problema es que la administración de justicia no funciona bien y, además, los gobiernos son conscientes de ello porque cada vez que hay un nuevo gobierno proclama que se tiene que hacer un pacto de justicia transversal, pero este pacto nunca llega.

El hecho de que la administración de justicia no pueda funcionar bien, hace que los procedimientos se alarguen, transmitiendo una sensación de desconfianza a la gente. A esto hay que añadir que en un proceso siempre hay dos partes, motivo por el cual una acabará perdiendo y no obtendrá lo que esperaba. Y cuando a uno no le dan la razón, no está contento. Así que en todo procedimiento un 50% de los afectados no estará contento y, en todo caso, se le tendrá que sumar el descontento del tiempo que se ha alargado el proceso.

Pero que la administración de justicia no funcione bien no es culpa de los funcionarios que  trabajan en ella. Se debe tener en cuenta que fuera de las grandes capitales como Barcelona hay partidos judiciales que trabajan siempre con una falta de personal y recursos que conlleva este mal funcionamiento.

El problema reside en que hay una desconexión en el sistema de justicia, pues debemos tener en cuenta que los jueces dependen directamente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), los secretarios judiciales del Ministerio de Justicia estatal, y los funcionarios de la Generalitat; esta desconexión de 3 administraciones que deberían coordinarse para ofrecer un mismo servicio hace que  haya todos estos problemas.

Ahora vamos a ver qué pasa con la aparición del LexNet el próximo enero… el sistema que pretende informatizar la justicia. Ya veremos si se puede aplicar y cómo, porque cada comunidad autónoma tiene su propio sistema y ya veremos si hay problemas de interconexión, etc.

Ya para ir terminando, ¿cree que, sobre todo en estos conflictos tal vez más cotidianos, los sistemas de resolución alternativa de conflictos (arbitraje, mediación…) tienen que ser la vía de salida a todos los problemas que hemos visto?

P: Aquí, en el despacho, trabajamos mucho con el arbitraje, porque realmente creo que es un sistema que hay que potenciar mucho más; siempre diferenciando entre los grandes arbitrajes y los de menor entidad, creo que en esta materia, por ejemplo, los arbitrajes “pequeños” pueden ayudar a solucionar conflictos en un periodo de 3 meses en vez de en los 5 años que puede llegar a alargarse la misma disputa por la vía judicial.

Así también la mediación, que es un acto totalmente voluntario pero que se puede pactar en los estatutos de las comunidades de vecinos como método de resolución de conflictos (el hecho de fijarlo en los estatutos, ya es un elemento en el que se tendría que poner de acuerdo toda la comunidad de vecinos…).

Ambas son herramientas que yo considero que se tendrían que potenciar, y por eso ya lo hago en la medida que me corresponde.

Con esta reflexión sobre el sistema de justicia y los métodos alternativos de resolución de conflictos, cerramos la entrevista con Pedro Yúfera y Marta Legarreta. Ya en un ambiente más distendido, comentan a El Jurista que, dado el éxito que ha tenido este libro, están preparando una edición de las mismas características pero sobre los arrendamientos urbanos y que tiene previsto su lanzamiento el próximo mes aproximadamente.

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