Hace tiempo que sigo y relato la historia de la lucha de los jueces sustitutos por sus derechos; No está en mis manos reconocerles sus pretensiones, pero, lo está reconocer su coraje, valía y tesón.
Parece como si movilizarse fuese fácil, acomodado desde la butaca del salón es muy fácil entonar un clamo al cielo con graznidos que aunque lo parezcan, no son escuchados por nadie; Para los juristas, las duras contiendas no deberían tomarse haciendo caso omiso a la esencia de la profesión. No hay más valiente y honorable lucha que aquella que se toma sin perder las formas, aun sabiendo que la parte contraria las perderá.
Puede llegarse a reprocharles muchas cosas a la Judicatura Eventual, pero no que su lucha no sea un ejemplo para todos; Agotando cada instancia no desisten en utilizar los cauces procesales que la Ley les abre; Su campo de batalla es el que ha de ser: Los Tribunales de Justicia. Como juristas saben que han de luchar por sus derechos con las armas que el propio Derecho les da, aun sabiendo que no habrá igualdad de armas. Han perdido muchas batallas, pero, cuando las pierden no se abandonan a imitar Occupy wall street: “La guerra todavía no ha acabado, quedan muchas instancias por recorrer”, es lo único que les puedes escuchar decir.
Debe reconocerles su tesón y seriedad, no cesan en empuñar argumentos jurídicos, y no la demagogia, contra resoluciones políticas.
No obstante, estas últimas semanas han sufrido duros golpes por parte de la Comisión Europea y el Tribunal Supremo; A aquellos más combatientes se les ve más cansados, pues la guerra está siendo muy larga. Sin embargo, sé que hablo en nombre de muchos cuando os pido que no os rindáis, vuestra lucha es un ejemplo a seguir; No dejéis, por favor, que dejemos de creer que el Derecho es una arma para combatir leyes injustas y reclamar derechos negados.
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