Como si de la revolución industrial se tratara, la revolución digital irrumpe y sitúa en un nuevo paradigma los despachos de abogados. Lo que parecía un modelo de negocio consagrado y estable, se empieza a disparar en el mundo digital de una forma asombrosa. Ya no sirve el estar, ahora debes atraer, impactar y convencer, y lo mejor de todo es que está al alcance de todos