“Todavía son pocas las mujeres abogadas conocidas y reconocidas”

Por A. Salvador y Sonia Sarroca.

Barcelona.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, entrevistamos a Mercè Claramunt, diputada de la Junta de Gobierno y responsable del Turno de Oficio del Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona, quien, conjuntamente, con otras compañeras de la Comisión de Mujeres Abogadas del ICAB, entre otras reivindicaciones, ha pedido al Gobierno y al Parlamento hacer efectiva la igualdad entre hombres y mujeres tal como establece el preámbulo de la Ley 17/2015.


¿Por qué a día de hoy la lucha contra la violencia de género continúa siendo una asignatura pendiente?

El “I Congreso de Violencia Machista” que organizamos en el ICAB se titulaba “Una Asignatura pendiente. Retos de Futuro”, pues, efectivamente, consideramos que es una asignatura pendiente para la ciudadanía, y también, dentro de la Abogacía. Es una asignatura pendiente dado que la violencia machista todavía es la principal lacra que sufrimos las mujeres en nuestra sociedad; y seguirá siendo una asignatura pendiente hasta que no consigamos una relación igualitaria entre hombres y mujeres.

(…) Desde la Abogacía hemos de dar pasos importantes para hacer lo máximo posible para ayudar a las víctimas de violencia de género una vez hayan presentado la denuncia, incluso antes de denunciar. En el momento que deciden explicar su caso y pedir asesoramiento jurídico, hemos de procurar acompañarlas lo mejor posible en todo el camino que tienen por delante.

Un dato que me extrañó en el marco del I Congreso de Violencia Machista es que la mayoría de órdenes de protección solicitadas en Cataluña, y en especial en Barcelona, son denegadas.

Bien, es verdad que tenemos unos datos bastante terroríficos. Si le damos un vistazo a los datos del CGPJ que publica el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, podemos observar como trimestre a trimestre y año tras año se repiten cifras parecidas. La media de órdenes concedidas en España es del 57%, en contraposición con Cataluña que este trimestre se puede considerar algo mejor, pero, la media aún se encuentra en el 37%; es decir, 20 puntos por debajo de la media de España.

En el marco del congreso surgieron datos más específicos que apuntan a que la media de órdenes de protección concedidas en Barcelona se sitúa alrededor del 15%. Este hecho no tiene que obedecer a datos objetivos dado que en Cataluña, como tampoco en Barcelona, no se piden más órdenes de protección ni porcentualmente hay más denuncias. Así todo, en Cataluña nos situamos cercanos a la media de denuncias por cada diez mil mujeres, aproximadamente unas doce por cada diez mil mujeres.

¿Por qué? La potestad de conceder una orden de protección es del juez. Quizás en toda Cataluña tienen otro punto de vista colectivamente, he decir que lo desconozco, no obstante los datos se tienen que tener en cuenta.

¿Cuál es la situación actual de los Juzgados de Violencia sobre la Mujer?

Creo que los juzgados resultan insuficientes. Considero que todos los operadores jurídicos, no sólo los jueces, sino todos aquellos que intervienen en la cadena después de la denuncia en violencia machista deberían de recibir formación continuada. Esta es una materia muy sensible, por eso es necesaria formación continuada para entender las dinámicas y las razones que mueven a las mujeres cuando presentan una denuncia y, también, cuando a veces la retiran.

(…)En Cataluña tenemos varios records y desde mi punto de vista negativos. Uno de estos records es respecto a los juicios rápidos, los cuales son los que más tardan en relación a toda España; mientras que en España en cuanto a juicios rápidos, estamos hablando de un par o tres de semanas, a veces de unos días, en Cataluña siempre hablamos de unos ocho o nueve meses. Es cierto que se anunció en el congreso que se reforzarían los juzgados y que estos datos bajarían, pero, a día de hoy esta es la realidad.

¿Es un tema de medios en la Justicia?

Aquí hay dos causas, por un lado, la falta de medios y, por la otra, añadiría que la falta de implicación o de sensibilización.

¿Cuál es la situación actual del turno de oficio en materia de violencia machista?

La primera cuestión que tenemos que poner de relevo es que no se llega al 1% de mujeres que declaran en comisaría y que llaman a un abogado para que las asesore en aquella sede. Los abogados vamos, normalmente, al día siguiente al juzgado a entrevistarnos con el cliente en condiciones nefastas. Este calificativo es correcto; nos entrevistamos en una habitación donde hay otras personas que también están esperando a sus abogados, las declaraciones se hacen en la oficina judicial sin ninguna intimidad, sin unos mínimos medios…

¿Que más puede aportar el ICAB?

Justamente me habéis sorprendido en una reunión con la comisión mixta que formamos con Mossos d’Esquadra donde estamos intentando llegar a un acuerdo donde ellos informen lo antes posible a las denunciantes de la conveniencia, no de la posibilidad, de la conveniencia de contar con asistencia letrada. Por nuestra parte el ICAB se compromete a que esta asistencia letrada se haga en un plazo muy breve, de una hora. Antes de una hora nos comprometemos a llegar a comisaría para prestar asesoramiento a las denunciantes.

Hablemos del papel de la mujer dentro del mundo de la abogacía. ¿Cuál es la situación de la mujer abogada?

La situación de la mujer abogada es la misma que la de la mujer en cualquier otra profesión. Recae sobre ellas mismas conciliar la vida familiar con la profesional; muchas mujeres abogadas nos vemos, además, en diferentes fases de la vida con la necesidad de cuidar de los hijos o de nuestros mayores.

En cuanto a la vida profesional, es cierto que la abogacía es una profesión bastante atomizada, hay muchos profesionales que trabajan individualmente o en pequeños despachos. No obstante, en cuanto a los grandes despachos colectivos, creo que todavía nos resulta más difícil llegar a las mujeres a posiciones de más responsabilidad.

Hay un techo de cristal?

Evidentemente, creo que efectivamente hay un techo de cristal; todavía son pocas las mujeres abogadas conocidas y reconocidas. Hay mujeres, jurídicamente hablando, de mucha calidad, que en los bufetes más grandes, como en cualquier gran empresa, se topan con un techo de cristal.

¿Cómo se puede romper este techo de cristal?

Creo que es un tema educativo; se ha empezar por debajo, propiciando que los valores de la igualdad se vayan filtrando adecuadamente en nosotros desde la infancia. También con medidas positivas; al contrario de lo que parte de la opinión publica defiende, yo soy partidaria de medidas positivas que favorezcan la entrada de las mujeres en posiciones de dirección. Las mujeres partimos de un punto de salida mucho más atrasado y estas medidas sirven para paliar tal hecho.