¿Es la ampliación de capital con cargo a reservas la solución a los problemas de financiación de las empresas?
Esta fue la pregunta que me realizó el pasado 13 de Junio un abogado mercantilista de Barcelona en un foro sobre economía y mi respuesta fue que no era la solución, pero que si era el primer paso que tenían que dar las empresas si querían solucionar sus actuales problemas de financiación.
En la actualidad todas las empresas tienen dificultad en encontrar financiación de terceros, y me refiero no sólo a las pymes, sino también a las grandes empresas de nuestro país. Recientemente salía publicado en los diarios de índole económica que una de las cadenas de distribución líder por excelencia en nuestro país conseguía refinanciar su deuda después de un largo periodo de tiempo de negociación. El mercado bancario se encuentra en un proceso de reconversión y adaptación de índole local pero también internacional que se inició hace dos años y que previsiblemente finalizará en 2014 con la creación del órgano regulador europeo. Hasta entonces las empresas españolas que acudan al mercado bancario a solicitar financiación o renovar sus actuales líneas de crédito no lo van a tener fácil.
Ahora bien, las empresas no pueden esperar y tienen que encontrar una solución en el corto plazo. Los asesores, abogados y porque no también los auditores tenemos que ayudarles a encontrar soluciones y debemos prestarles un asesoramiento acorde a sus necesidades. En mi opinión lo primero que tienen que hacer las empresas, es generar confianza ante aquellos a los que presentan sus necesidades de financiación. Mantener y por consiguiente no capitalizar las reservas acumuladas durante los años genera desconfianza hacia aquellas entidades que pueden, y no nos olvidemos, nos quieren prestar dinero porque sus cuentas de resultados se activan cuando se formalizan estas operaciones. La capitalización de reservas requiere de un informe de auditoría de Balance y este es otro generador de confianza. Recuerdo que en la universidad de económicas de Barcelona nos enseñaban que las empresas deberían tener un ratio de endeudamiento del 0,5 sobre el total de su pasivo, es decir de cada 10 euros que necesitaba una empresa, 5 euros deberían ser propios y 5 ajenos. Al cabo de unos años cuando me incorporé al mercado laboral, en el departamento de contabilidad de una gestoría, recuerdo que este ratio de endeudamiento sobre pasivo era, en la casi totalidad de las compañías, del 0,8. De aquellas aguas vienen estos lodos, ¿cuántas empresas no hubieran entrado en concurso de acreedores si hubieran aplicado una correcta política de financiación acorde a lo que nos enseñaban en la universidad? Probablemente más del 50% de aquellas empresas se habrían salvado si hubieran capitalizado sus reservas a tiempo. No permitamos que las empresas se vuelvan a equivocar.
Juan Bermúdez.