Errores lingüísticos que deben evitarse en la comunicación con clientes francohablantes

Lucie DavioudPor Lucie Davioud

La confianza que depositan nuestros clientes en nosotros nace, entre otras cosas, de las palabras que utilizamos para comunicarnos con ellos. Si la forma de expresarnos no es correcta, pueden dudar de nuestra profesionalidad. Utilizar la terminología legal en su idioma nos ayudará a que se sientan más cómodos con nosotros y, para eso, no basta con tener un conocimiento básico.

El francés, como otros idiomas, tiene algunas palabras que pueden inducir a error por ser calcos del español, falsos amigos u homófonos. Además, también a la hora de redactar hay que saber cómo dirigirse a clientes francohablantes, porque las fórmulas de cortesía no son las mismas que en español.

Calcos

En documentos en francés redactados por hispanohablantes, es común encontrarse con expresiones incorrectas en este idioma por ser calcos del español. Dos ejemplos muy habituales son los siguientes:

Acte notarié, y no acte notarial

Un acta notarial se traduce correctamente por un acte notarié, no es un acte notarial. En francés, el adjetivo notarial significa ‘relativo al notariado’, es decir, a la profesión de notario. Algunas expresiones en las que se usa son estas: un office notarial une étude notariale (la notaría), les fonctions notariales (las funciones notariales), etc.

Défendeur, y no demandé

En el ámbito civil, al demandante se le llama le demandeur/la demanderesse, pero el demandado es le défendeur/la défenderesse, y no le demandé. Por otra parte, no hay que confundir le défendeur con le défenseur. Este último es la persona encargada de defender los intereses de una de las partes (abogado, procurador…). 

Falsos amigos

Los «falsos amigos» son palabras que pertenecen a distintas lenguas y que, aunque proceden de la misma fuente, en el lenguaje actual tienen significados distintos, por lo que no se pueden considerar equivalentes terminológicos. En los lenguajes jurídicos español y francés podemos encontrar en demasiadas ocasiones los siguientes ejemplos:

Licenciado en Derecho y Licencié en Droit

Para sus perfiles en las redes sociales de trabajo, como LinkedIn, o en su propia web, los abogados suelen traducir licencié en Droit por licenciado en Derecho. Pero, desde la implantación del Plan Bolonia en España, ya no se habla de licenciado, sino de graduado. La licenciatura correspondía a una carrera de cuatro o cinco años, por lo que es un error traducir licenciado por licencié, ya que el título de licence en el sistema universitario francés es de solo tres años.

Es mejor traducirlo por titulaire de la maîtrise en droit, dado que la maîtrise es el diploma posterior a la licence, que valida cuatro años de carrera. De hecho, el Ministerio de Educación solo homologa al diploma de licenciatura español los títulos de maîtrise o master 1 (que sustituye al de maîtrise desde la implantación de Bolonia en Francia) por no considerar equivalentes los títulos de licenciatura y licence. Por otro lado, en el contexto laboral, el verbo licencier también significa ‘despedir’, y nada tiene que ver con obtener un título universitario.

Procurador y Procureur

Los juristas españoles suelen confundir la figura del procurador con la del procureur. Sin embargo, no son equivalentes. En derecho francés, el procureur es un miembro del ministerio público (un fiscal). El equivalente al procurador sería el avoué, aunque esta profesión fue suprimida por la ley de 25 de enero de 2011 (loi du 25 janvier 2011 portant réforme de la représentation devant les cours d’appel).

Sentencia y Sentence

En el lenguaje común existe una tendencia a usar el término sentence como sinónimo de jugement (equivalente a resolución judicial, cuando se usa en sentido general, o a sentencia, con el sentido de ‘resolución dictada por un tribunal de primera instancia’).

Pero, en el lenguaje jurídico, este uso es incorrecto, ya que una sentence (o sentence arbitrale) se refiere a la decisión que emite un árbitro o un tribunal arbitral (un laudo arbitral).

Homófonos

Los homófonos son palabras que se pronuncian igual, pero que no tienen el mismo significado, lo que puede llevar a confusión, tanto a los nativos como a los estudiantes de francés. En el lenguaje jurídico-administrativo podemos encontrarnos con los siguientes ejemplos:

Amande y amande

Los sustantivos femeninos une amande (una almendra) y une amende (una multa) pueden llegar a producir frases surrealistas si se malinterpretan.

Cession y session 

La cession (cesión) se usa en expresiones tales como cession de parts sociales, cession d’actifs, etc. Y la session (sesión, reunión) se utiliza en contextos como la session de l’Assemblée générale des Nations-Unies, les sessions du Parlement, etc.

Différend y différent

El sustantivo un différend (conflicto, litigio) y el adjetivo différent(e) (diferente) son dos términos con un significado muy distinto, y pueden causar un problema lingüístico si se confunden.

Fórmulas de cortesía

Además de las traducciones incorrectas provocadas por un desconocimiento del vocabulario jurídico francés, los abogados también tienen que tener en cuenta las fórmulas de cortesía para mantener la distancia correcta y esperada por las personas con las que se relacionan.

Dirigirse a clientes

Uno de los errores más extendidos es tutear a los clientes, actuales o potenciales. Pero, en francés, el tuteo se usa en situaciones muy informales, y casi nunca en un contexto profesional. No se recomienda en absoluto el uso del tuteo en documentos corporativos (textos de la web, vídeos corporativos, folletos, boletines, presupuestos, etc.). En conversaciones presenciales es conveniente esperar a que el propio cliente nos proponga pasar del tratamiento de usted (vous) al tuteo.

También se utilizan incorrectamente los determinantes posesivos son (masculino), sa (femenino) y ses (plural) como traducción de su o sus en español cuando son usados en un contexto en el que se trata de usted al interlocutor. Un ejemplo sería esta oración: Le cabinet prend en charge toutes les démarches administratives, juridiques et fiscales nécessaires à la création de sa société, donde lo correcto hubiera sido votre société.

Dirigirse a profesionales

En francés, se utiliza Maître o su abreviatura Me para dirigirse a la gran mayoría de profesionales del derecho (abogados, notarios, procuradores, los llamados huissiers de justice, etc.). Mientras que entre compañeros de un mismo colegio profesional es habitual llamarse Cher confrère (masculino) o Chère consœur (femenino).

Conclusión

Como puede verse en esta selección de ejemplos, se hace evidente la necesidad de dominar un idioma, pero también la importancia de especializarse en la terminología propia de nuestra especialidad. Resulta difícil imaginar que se puede conseguir el respeto de la profesión y la confianza de los clientes si no somos capaces de expresarnos correctamente en el ejercicio de nuestro trabajo. Para ganar clientes francohablantes es necesario que nos comuniquemos perfectamente con ellos.

Lucie Davioud

Jurista-lingüista – Comunicación y traducción jurídica para el mercado francohablante.

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