¿Cómo puedo solicitar una indemnización por un accidente en taxi?

Por Ignasi Ferreté.

Barcelona.

El taxi es un vehículo de alquiler con taxista, su conductor, que se utiliza en el servicio de transporte de uno o un grupo pequeño de pasajeros dirigidos a diferentes destinos por contrato o dinero. Normalmente, en modos de transporte público, los lugares donde se recoge y se deja el pasajero se deciden por el proveedor (oferente), mientras que en el caso del taxi, el usuario (demandante) es quien los determina, es decir, a diferencia de los otros tipos de transporte público, como son las líneas del metro, tranvía o del autobús, el servicio ofrecido por el taxi se caracteriza por ser puerta a puerta.

Ahora bien, no solo es ésta la diferencia, pues para el caso en que tengamos un accidente, no es la administración pública la que responde del mal funcionamiento de sus servicios, lo que nos lleva a la cuestión de ¿quién es el responsable en caso de coger un taxi y sufrir un accidente de circulación? En un principio, la regla general sobre quién debe atender los gastos o los daños y perjuicios ocasionados al usuario del taxi como consecuencia de un siniestro es que, salvo culpa o negligencia por parte de los clientes ocupantes, responde el seguro obligatorio del propio vehículo en primero término o el seguro complementario que la mayoría de taxistas suelen contratar para mejorar las coberturas de los daños a terceros y ocupantes.

Taxi

Igualmente uno se podría preguntar ¿y qué sucede con los llamados seguros de viajeros? pues de conformidad con el Real Decreto 1575/1989, de 22 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento del Seguro Obligatorio de Viajeros, se establece la obligación para los transportes públicos de contratarlos. La respuesta a dicha cuestión es simple, si atendemos al artículo 11 del citado real decreto, observaremos que se excluyen de contratarlo aquellos transportes públicos de personas con capacidad inferior a nueve plazas, por lo que no es viable reclamar daños en base a un seguro de viajeros por cuanto el taxi, tanto en modalidad de servicio público como discrecional.

De sufrir daños, ya sean de índole material o personal, cuando se circula como ocupante de un taxi, nace el derecho a reclamar una indemnización por los mismos. La reclamación por accidente en taxi irá dirigida contra el responsable del siniestro, ya sea el propio taxista o un tercero.

La pregunta lógica que uno se podría suscitar a continuación sería la de ¿cómo se valoran los daños personales sufridos? Pues se basa en la misma valoración objetiva como si hubiésemos tenido un accidente de coche. Se hace uso del Baremo legal o sistema para la valoración de los daños y perjuicios causados a las personas en accidentes de circulación, que se encuentra en el Anexo del Real Decreto Legislativo 8/2004, de 29 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley sobre responsabilidad civil y seguro en la circulación de vehículos a motor. Dicho Baremo otorga una puntuación a cada séquela que después se traduce económicamente, es decir, por cada punto se paga una cantidad económica, que varía según la edad de la persona lesionada.

Normalmente la valoración del daño se hace mediante un experto perito médico, que deberá hacer una valoración de toda la documentación médica de la víctima y de su estado actual para cerrar un informe objetivo que pueda traducirse conforme a Baremo a una cantidad económica, o dicho de otro modo, para ajustar la realidad médica descrita por la víctima al lenguaje del Baremo. La indemnización por lesiones en accidente de tráfico será entonces la cantidad resultante de la valoración médica de un especialista conforme al Baremo legal de tráfico. Es de recibo remarcar que en este apartado no sólo están las lesiones personales físicas o funcionales, sino que también engloban las psíquicas, es decir, toda aquella lesión que afecte a la persona en su esfera psíquica, por ejemplo, el estrés postraumático y las lesiones que causen un perjuicio estético, como cualquier intervención que deje una cicatriz.

La reclamación por accidente en taxi en cuanto a los daños materiales tendrá su base en la tasación del menoscabo económico, perjuicio económico, pérdida patrimonial, etc. Encajan aquí todos aquellos gastos, facturas y toda clase de perjuicios que afecten directamente en la economía de la víctima. Entonces, atendiendo a todo lo dicho anteriormente, ¿cómo puedo yo reclamar una indemnización por accidente de taxi en el que sufro daños materiales? Lo más esencial a tener en cuenta es la necesidad de justificar correctamente estos gastos conforme a la Ley. Dichos gastos se cuantifican mediante los justificantes de pago de los mismos (para gastos, con las facturas) y mediante justificantes de pérdidas patrimoniales futuras en el caso del lucro cesante.

Pero, ahora que sé que es lo que puedo reclamar, ¿cómo puedo solicitar indemnización por accidente en taxi? pues existen dos vías: la vía penal y la vía civil. La indemnización por lesiones en accidente de tráfico y la indemnización por daños materiales en accidente de tráfico se reclaman por la vía penal mediante denuncia dirigida al conductor del vehículo responsable del accidente para que su entidad aseguradora responda por él. Es conveniente destacar que en esta vía no hay gastos judiciales, pues la valoración de los daños, tanto los materiales como los personales, se lleva a cabo mediante los profesionales adheridos a los Juzgados. En cuanto a la vía civil, por el contrario, son procedimientos más largos, más laboriosos, pero más firmes. Se reclama directamente mediante demanda la cuantía, que va dirigida directamente contra la entidad aseguradora del vehículo responsable del accidente de taxi. Para acceder a esta vía se han de pagar las tasas judiciales y los profesionales jurídicos y médicos que sean necesarios para plantear la demanda.

En conclusión y atendiendo a todo lo expuesto con anterioridad, cabe destacar que, salvo que el accidente sea culpa nuestra, el ocupante del Taxi siempre cobra, ahora bien, la cantidad que cobremos dependerá de la valoración del daño que hayamos sufrido, con lo que conviene remarcar la importancia de una buena acreditación de todos los daños sufridos, pues cualquier defecto en dicha justificación, puede conllevar no cobrar la compensación correspondiente.