Sobre los fraudes contables detectados por auditores

Por Juan Bermúdez.

El 2 de Enero del año 1998 asistía como auditor de cuentas a realizar mi primera revisión de inventario de una gran empresa distribuidora de bebidas alcohólicas del sur de España. Recuerdo perfectamente las palabras de nuestro jefe de equipo en el coche camino del almacén: Debemos buscar activos sobrevalorados y pasivos infravalorados, y así nos puso un ejemplo que todos entendimos muy bien.

 Si en el listado pone que hay X cajas de Whisky de Malta de 12 años, tienen que haber facturas de compra, albaranes de entradas y albaranes de salida de X número de cajas, en la caja tiene que haber anotado Whisky de Malta de 12 años, en la botella tiene que poner Whisky de Malta de 12 años, en la facturas de compra debe poner Whisky de Malta de 12 años y lo que era más importante el contenido de la botella debía saber a whisky de Malta de 12 años y no a licor de manzana.

Nos sorprendió bastante sus palabras, especialmente al recibir el listado entregado por el jefe de almacén: Habían más de 250 cajas de whisky de malta de 12 años y si teníamos que probarlas todas posiblemente acabaríamos en el hospital. En los balances de las empresas, los auditores buscamos entre otras cosas, lo indicado por nuestro jefe de equipo: activos sobrevalorados y pasivos infravalorados.

En mi experiencia de más de 20 años en el mundo de la auditoría de cuentas, la mayoría de fraudes detectados se resumen en lo comentado, paradójicamente, en el párrafo anterior. A continuación os expongo tres ejemplos de fraudes contables que he detectado como auditor de cuentas:

1. Saldos de clientes pendientes de cobro a una fecha de determinada no provisionados o cobrados por terceros que no han sido traspasados a tesorería y que no figuran en caja cuando el cliente ya había enviado el correspondiente cheque. En este caso nos encontramos ante un activo sobrevalorado.

2. Cifra de existencias y/o trabajos en curso valorados a precio de venta o superior a su valor de realización. Recuerdo esta situación perfectamente en una empresa de canalización para instalaciones de agua, al valorar sus trabajos en cursos a 31 de Diciembre los valoraban al cierre del ejercicio al precio al que posteriormente se facturaban a los clientes, de tal forma que anticipaban el beneficio y por consiguiente sobrevaloraban los beneficios de ese ejercicio.

3. Facturas de proveedores que se guardan en el cajón de la secretaria o en la carpeta de correspondencia pendiente de archivar. Esta circunstancia me sucedió en una gran empresa papelera perteneciente a un grupo multinacional con más de 5 delegaciones en España. Al no llevar un registro de correspondencia recibida por delegación y un deficitario control de albaranes recibidos, el jefe de compras de una delegación retenía determinadas facturas tres días antes del cierre del mes, dejando por consiguiente los pasivos infravalorados.

Estos son solo algunos de los ejemplos ocurridos y detectados en mi experiencia profesional como auditor de cuentas. ¡Por cierto, se me olvida explicaros algo! El 2 de Enero de 1998,  teníamos 25 años y jamás había probado un Whisky de Malta de 12 años, por lo que si me hubieran dado a probar una sola botella, no habría detectado si ese sabor correspondía a un Whisky de dicha calidad!

Juan Bermúdez.

Socio en AOB Auditores.