Redacción.
Cerca de 400 letrados y letradas con 25, 50 y 60 años de colegiación han sido homenajeados este lunes por el Colegio de la Abogacía de Madrid en una ceremonia solemne celebrada en el Teatro Real con motivo del 425 Aniversario de la Institución. Tras la jura de nuevos letrados celebrada la mañana del lunes con la presencia del Rey Felipe VI, el programa conmemorativo ha tenido como protagonistas en su segunda sesión a quienes acumulan mayor experiencia profesional.
Presidido por el decano José María Alonso, el acto ha contado con la participación del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien, junto a los diputados de la Junta de Gobierno del ICAM, y en compañía de la presidenta de la Abogacía Española, Victoria Ortega, y los decanos de la Abogacía de Barcelona, Jesús Sánchez, y Málaga, Salvador González Martín, han entregado a los homenajeados los diplomas y placas acreditativos de su trayectoria.
En presencia de 1.500 personas, la sesión solemne ha comenzado con la imposición de las Medallas de Honor del ICAM a distintos profesionales del Derecho en quienes concurren méritos o servicios relevantes prestados a favor del Colegio o de la Abogacía. Desde magistrados del Tribunal Constitucional a abogados del Turno de Oficio, pasando por el director de la RAE o la vicealcaldesa de Madrid, el ICAM ha rendido homenaje a algunos de los profesionales que más se han destacado en su carrera o que con mayor ahínco han defendido la profesión y la Institución que los agrupa.
“El colegio distingue con la medalla más alta de la corporación a los abogados y abogadas que se han distinguido por su labor en el ejercicio profesional y han contribuido al engrandecimiento del Colegio”, ha señalado en sus palabras de bienvenida el decano José María Alonso. “Además de la excelencia, el esfuerzo y la defensa del Estado de Derecho, que constituye la esencia de la profesión de abogado, brillan de una forma especial unas virtudes muy significativas”. Por ello, ha proseguido Alonso, la Junta de Gobierno del ICAM no podía terminar su mandato sin premiar a quienes, a lo largo de su carrera profesional, “han demostrado una serie de valores que merecen un especial reconocimiento”.
Los abogados y abogados distinguidos con la medalla de honor han sido Luis Zarraluqui y Beatriz Monasterio, a título póstumo, junto a Juan Alfonso Santamaría Pastor, Bernardo M. Cremades, Gaspar Ariño Ortiz, Mª Ángeles Amador Millán, Santiago Muñoz Machado, César Pinto Cañón, Francisco Javier Cremades García, Enrique Arnaldo Alcubilla y Begoña Villacís Sánchez.
En ellos, ha explicado el decano, concurren la lucha por la defensa de los más desfavorecidos; la defensa de los derechos de la mujeres y de los niños, y de los derechos humanos en general; el apoyo incansable al Colegio desde sus responsabilidades políticas; la proyección internacional de España; ser referentes en su rama de especialidad; haber destacado en la enseñanza del Derecho; haber alcanzado altas magistraturas en las altas instituciones del Estado; o por haber trabajado incansablemente por la igualdad en el ámbito de la abogacía.
Gracias a todos ellos, ha concluido Alonso, la abogacía madrileña demuestra su relevancia en todos los planos de la sociedad: jurídico, cultural, económico o social. “Sirvan estas medallas para expresarles nuestro profundo agradecimiento por todo lo que han hecho por la abogacía, con el convencimiento de que seguirán siendo baluartes de nuestra querida profesión”.
Entrega de Diplomas
A continuación, el secretario de la Junta de Gobierno del ICAM, José Ignacio Monedero, y el presidente de la Agrupación de Jóvenes Abogados (AJA) Madrid, Alberto Cabello, han anunciado un reconocimiento especial a los miembros de las Juntas de Gobierno antecesoras en el cargo.
“Formar parte de la Junta de Gobierno constituye un honor, pero al mismo tiempo una grave responsabilidad. Estamos aquí no por una proyección institucional, sino, por encima de todo, para defender a la Institución y a todos los compañeros que la integran. Con mayor o menor acierto, nuestra obligación es trabajar de forma absolutamente altruista para engrandecer a esta Institución. Os agradecemos vuestra labor con el convencimiento de que aquellos que nos sigan en el futuro pondrán por encima de todo a la Institución”, ha expresado el decano.
Tras los homenajes, la actual Junta de Gobierno del ICAM ha procedido a la entrega de diplomas e insignias a más de 400 letrados y letradas por sus años de servicio a la profesión.
En primer lugar, se ha entregado una placa a los nueve letrados y letradas con 60 años de carrera profesional y, seguidamente, a quienes acreditan 50 y 25 años de ejercicio profesional colegiado en Madrid, hasta un total de casi 400 personas, se han entregado diplomas acreditativos.
Libertad e independencia
Para finalizar, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska ha destacado la evolución del Colegio de Madrid desde su fundación a manos de 37 abogados hasta convertirse en el mayor Colegio de la Unión Europea: “pocas instituciones pueden presumir de tamaña antigüedad y menos instituciones que han tenido, tienen y tendrán un papel tan importante para la sociedad madrileña”. Una historia, la del ICAM, que es “un rotundo éxito no solo en términos cuantitativos, sino por el relevante servicio que los colegiadas habéis prestado y prestáis a la ciudadanía a la que servís”, jugando “un papel fundamental” en la administración de justicia, “de la que sois una parte esencial”.
Como magistrado, Grande-Marlaska ha trasladado su reconocimiento a una abogacía sin la que “no es ni siquiera concebible la justicia”, y cuyos profesionales, desde quienes prestan servicio en el Turno de Oficio hasta quienes ocupan las más altas responsabilidades en los despachos y asesorías jurídicas de empresas, hacen posible “con la máxima solvencia el derecho a la defensa y a un proceso con todas las garantías”.
Para el ministro del Interior, “la independencia del abogado resulta tan necesaria como la libertad del juez”, y su labor es fundamental para hacer realidad la defensa efectiva de los derechos individuales y colectivos “cuyo reconocimiento y respeto constituye la espina dorsal del Estado de Derecho”. En este sentido, ha reconocido que el compromiso de los abogados con la mejora del servicio público de la justicia “es una de las razones que explican la longevidad que hoy festeja el ICAM, casa común de una abogacía que al proteger los derechos de sus clientes y defender la causa de la justicia se convierte en un firme apoyo de los derechos y las libertades fundamentales reconocidas en nuestra Carta Magna”.
Así, “en una sociedad que proclama como valores fundamentales la igualdad y la justicia, los abogados ejercéis la función imprescindible de encarnar el derecho de defensa, requisito imprescindible de la tutela judicial efectiva sin la cual no hay forma de consolidar los valores superiores en los que se asienta la sociedad, pero también la misma condición humana”. Por todo ello, ha concluido, “quiero expresar mi profunda admiración y respeto a quienes hoy habéis sido reconocidos por décadas de ejercicio modélico de la abogacía”.