Redacción.
El Círculo Ecuestre ha recibido este lunes a Juan Carlos Campo, Magistrado de la Audiencia Nacional y ex ministro de Justicia, Pau Molins, abogado penalista, Neus Pujal, Fiscal jefe del Área de Sabadell y Ángela Martialay, jefa de tribunales del diario El Mundo en un coloquio titulado ‘La pena del telediario’ y que ha sido organizado en colaboración con la consultora de comunicación PROA. Durante el evento, que ha estado moderado por Roberto Ruiz, director de Comunicación de Litigios en PROA, se ha hablado de las consecuencias reputacionales que pueden sufrir los investigados en un procedimiento judicial cuando son condenados por la opinión pública sin que haya sentencia; sobre quiénes son los responsables y acerca de cuál podría ser la solución. La sesión ha empezado con la bienvenida y presentación por parte de Enrique Lacalle, vicepresidente del Círculo Ecuestre, y Lucía Casanueva, socia directora de PROA.
Como punto de partida, Juan Carlos Campo ha resaltado que “los juicios paralelos son un problema de convivencia y, por tanto, tenemos que buscar soluciones que nos permitan buscar la conllevancia”. El exministro ha señalado a los medios de comunicación como uno de los causantes de este problema y ha matizado que “lo que tenemos es derecho a recibir información veraz”. Para Campo, la pena del telediario es algo con lo que hay que aprender a convivir, por eso considera que es importante “intentar que sea menos gravosa para todos, porque nos hará más fuertes como sociedad”.
En este sentido, Ángela Martialay ha reconocido que, en ocasiones, estos juicios paralelos “están amparados en el derecho a la información”, pero ha enfatizado en que solo protege a los periodistas “cuando lo que publicamos es veraz y de interés público”. Además, la jefa de tribunales del diario El Mundo se ha preguntado sobre quién comete el delito en una filtración, y ha recordado que las personas que “tienen el deber de reserva son los jueces o los fiscales”. Para intentar evitar este tipo de situaciones, Martialay ha explicado que “hay que trazar una buena estrategia de comunicación, no mentir y establecer algún tipo de canal con los medios de comunicación”, pues “el silencio formativo favorece el juicio paralelo”.
Para Neus Pujal este ejercicio de transparencia con los medios y de creación de canales oficiales podría ser un buen mecanismo “porque la sociedad tiene que estar informada”, pero se deben establecer algunos límites y “facilitar la información que sea necesaria, pero no toda”. La Fiscal jefe del Área de Sabadell considera que esta labor por parte de jueces y fiscales puede ayudar “a paliar los efectos negativos”. Asimismo, ha señalado que otro de los problemas es la tardanza de la justicia y, es posible, que la pena del telediario “no fuese tan estigmatizante si los juicios duraran menos”.
Por último, Pau Molins ha añadido que, en su opinión, “el conflicto entre los juicios paralelos y la presunción de inocencia se encuentra muy lejos de resolverse” y, para hablar de ello, ha relatado algunas experiencias laborales en las que la opinión pública ha jugado un papel fundamental. Por ejemplo, en el caso de la Infanta Cristina ha insistido en que “fue sentada en el banquillo por ser quien es”, y ha recordado que “nunca antes el socio de una compañía mercantil se sentaba en el banquillo, solo el administrador”. Para acabar, el abogado penalista ha señalado que los culpables de esta situación pueden dividirse en cuatro grupos: “las personas que filtran la información, la competencia entre los medios de comunicación, dar información sobre cosas que todavía no se han producido y la imprecisión de las publicaciones”.