Alonso (ICAM): “La abogacía debe favorecer una industria cultural profesionalizada”

Redacción.

Destacados representantes del mundo artístico y el sector legal se dieron cita ayer en el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid con motivo de la inauguración de la sección sobre Derecho y Cultura. Dos ámbitos que no pueden desvincularse, pues, como señaló José María Alonso en sus palabras de bienvenida, “el mundo artístico tiene infinidad de connotaciones jurídicas e incide en distintas ramas del Derecho, desde el Mercantil hasta el Administrativo“. Para el decano, “la abogacía debe estar al servicio del arte y favorecer una industria cultural profesionalizada”, un objetivo que la sección número 32 del Colegio ayudará a lograr, a la vez que refuerza el papel de la institución en defensa de los derechos de los ciudadanos.

El responsable de dirigir esta iniciativa, el abogado Antonio Muñoz Vico, fue el encargado de moderar un acto inaugural en el que intervinieron el escritor Lorenzo Silva, la soprano Delia Agúndez, la coordinadora general de Conservación del Museo del Prado Karina Marotta y el abogado y dramaturgo Antonio Garrigues.

En sus palabras de presentación, Muñoz señaló que la cultura debe considerarse como un “activo económico desprejuiciado y desprovisto de ideología”. Respecto a los objetivos de la sección, avanzó que estarán orientados a “crear un marco jurídico que promueva la inversión pública y privada, dignificar el trabajo creativo y potenciar la difusión y la creación de la cultura en libertad”.

Inauguración de la sección sobre Derecho y Cultura del ICAM

Desprotegida e infravalorada

La lengua española, como destacaba Silva, es el segundo idioma mundial después del chino, lo que contrasta con “la ausencia de atención del legislador a la producción cultural en España”, donde el sistema de tributación ni siquiera contempla la categoría de escritor (salvo en Navarra). El autor también abordó la cuestión de la piratería, denunciando que en España “la propiedad intelectual está absolutamente desprotegida, el tipo penal es casi imposible de aplicar, y el procedimiento administrativo está encomendado a un ministerio sin suficientes activos”.

Agúndez, por su parte, ofreció la perspectiva del sector de la música antigua, aclarando que “no son los niños mimados de las subvenciones” y que se enfrentan a una realidad en la que no se les reconoce todo el trabajo que realizan: “en España hay una infravaloración de la cultura a nivel educativo y social”, señaló. Junto a la precariedad de la profesión, la soprano denunció un sistema de cotizaciones inadecuadas, la falta de participación sindical y la brecha salarial. 

Una protección eficaz requiere “acuerdos parlamentarios y el apoyo estatal”, indicó Marotta, y aunque el del Prado se benefició en su momento de un pacto de Estado, la conservadora reconoció que “hay muchos museos que no tienen esta oportunidad”. Es indudable que “las colecciones recepcionadas por el Prado han sido un elemento vertebrador de la identidad nacional”, afirmó, de ahí que sea necesario un cambio de mentalidad que supere la concepción del arte como “un lujo o algo superfluo”. Desde el punto de vista jurídico, Marotta denunció la “hipertrofia en la regulación administrativa” y las trabas que la nueva ley de contratación pública, que entró en vigor el pasado marzo, conlleva. 

Protagonismo de la ciudadanía

Para Garrigues, sin embargo, “en España hay un ansia cultural absolutamente indiscutible, porque la gente es consciente de que es la que da calidad democrática y bonanza económica”, y destacó que el país recibe “82 millones de turistas que vienen a consumir nuestra cultura”. La falta de voluntad política a la hora de consensuar una ley de mecenazgo hace pivotar el protagonismo hacia la sociedad, advirtió el jurista, por lo que el impulso “tiene que provenir de la ciudadanía, que no puede quedarse al margen”. En este sentido cabe ser optimistas pues, como recordó el letrado, “hasta ahora, la ciudadanía española ha superado todos los problemas que ha afrontado”.