Han pasado diez años desde la aprobación de la Ley de protección integral contra la violencia de género, aprobada por el primer Gobierno de Zapatero, pero el problema sigue latente en la sociedad española. El Gobierno admite que todavía queda un largo camino por recorrer. La delegada por la violencia de género, Blanca Hernández, reconoció la falta de seguimiento de las víctimas por no existir en vigor medidas judiciales de protección, incluso cuando son terceros los que denuncian y hay un desistimiento; aparte de la poca coordinación entre las administraciones. Y más allá de todo este entramado burocrático, también hay que ver que cada vez más las mujeres jóvenes tienen más dificultades para identificar lo que es un comportamiento machista o una agresión, puesto que hay muchas actuaciones que entran dentro de la “normalidad”:
Las denuncias por violencia de género han aumentado después de cinco años en que los porcentajes eran decrecientes. Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio por la violencia doméstica y de género del Consejo General del Poder Judicial, anima a todas las personas afectadas a denunciar: “Queremos una mayor implicación de familiares, amigos y vecinos. Y no queremos que ninguna mujer se sienta sola en el proceso judicial. Muchas de las renuncias a continuar con la tramitación de la denuncia se basan en el desamparo de la víctima, la soledad y la incomprensión de los que la rodean”.
Estas cifras suponen que el año pasado se registraron de media 347 denuncias diarias: un 69% presentadas por mujeres españolas (87.081) y el resto por extranjeras (39.659). De estas denuncias, la mayoría, un 70%, fueron presentadas por las propias víctimas, mientras que un 15% fueron por la intervención directa de la policía y un 12% a raíz de informes médicos de lesiones. Sólo un 1,5% fueron presentadas por familiares de las víctimas y otro 1,5% por los servicios sociales. Vista la proporcionalidad de las denuncias presentadas también es importante apreciar su distribución territorial. Las Comunidades Autónomas con una tasa superior fueron Baleares, Murcia, Comunidad Valenciana, Canarias y Andalucía. Mientras que en el extremo opuesto se situaron País Vasco, Extremadura y Galicia.
En palabras de Carmona este aumento de las denuncias tiene una doble lectura, por un lado, permite ver que las mujeres cada día tienen menos miedo a iniciar un proceso judicial contra los maltratadores; pero, por otro, vemos como la violencia de género sigue enquistada, desgraciadamente, a la sociedad española. Y esto lo constatamos, por ejemplo, con el hecho que entre las denuncias presentadas, 15.721 se quedaron en nada, puesto que la víctima decidió no continuar con el proceso judicial; y esto es sólo por el temor a una posible represión del maltratador.
Una vez dibujada la situación en que se encontraron las víctimas, teniendo en cuenta su ciudad de residencia, también es relevante ver que la presentación de denuncias ante la policía no fue uniforme a lo largo del año. Como podemos apreciar en el siguiente gráfico fueron mucho más elevadas durante el primer y el cuarto trimestre del 2014.
Una vez presentada la denuncia se solicitaron 33.617 órdenes de protección, y se concedieron un 57%. En cambio, de las solicitadas en los juzgados de guardia (5.780) se concedieron un 70%. ¿Y cuál era la situación de la víctima en el momento de presentar la denuncia? Más de la mitad seguían teniendo relación de pareja, bien conyugal o bien afectiva, pero aún así decidieron dar un paso adelante y denunciar su agresor. Pero realmente uno de los grandes adelantos del 2014 fue que aumentaron las sentencias condenatorias a los maltratadores. Se dictaron 46.313 sentencias penales en el ámbito de la violencia de género, y de estas un 61,2% fueron condenatorias, hecho que supone un aumento respecto los años anteriores. El mayor aumento se produjo en las Audiencias Provinciales con un 81% y en los Juzgados de Violencia sobre la mujer con un 75,3%.
“Sin lugar a dudas es positivo el incremento, aunque sea leve, de las sentencias condenatorias a los maltratadores. La sociedad entera, y los maltratadores, tienen que ser conscientes que esta forma de crimen, tan horroroso, tiene una adecuada respuesta judicial. Y ante las perspectivas que se abren en las próximas reformas legales, desde el Observatorio se pide una respuesta institucional coordinada frente a la violencia de género. En este campo, la unidad de todos para luchar contra la barbarie del terrorismo machista es el mejor antídoto, porque es el que debilita más al maltratador” son las palabras expresadas por la presidenta del Observatorio por la violencia doméstica y de género del Consejo General del Poder Judicial.
Poco a poco se van dando pasos para luchar contra la violencia de género, pero es un camino largo y lleno de obstáculos; y como bien dijo Carmona las víctimas necesitan la colaboración de todas las personas que las rodean.
Recordar que existe el número de teléfono 016, que es gratuito y no queda registrado en las facturas telefónicas, para todas aquellas personas que estén sufriendo la violencia de género, aunque sólo haya pequeñas manifestaciones.
