Justicia y memoria histórica: un largo camino

Por Ton Mansilla
Barcelona,
 
 

La querella contra los bombardeos italianos en Barcelona durante la Guerra Civil, presentada en Enero del año pasado, topa con más obstáculos. Tal querella, presentada por la asociación AltraItalia, fue interpuesta a principios de 2013 contra los oficiales del ejército fascista italiano que, durante la Guerra Civil española, bombardeó la Ciudad Condal indiscriminadamente, provocando miles de muertos. Estos hechos, según los querellantes, podrían constituir delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra (artículos 607 bis y 608 del actual CP), dado que Italia no había declarado la guerra en España y, además, las zonas bombardeadas no eran frente de guerra, por el que los bombardeos eran completamente ilegales. En un primer momento, el Juzgado de instrucción número 28 de Barcelona rechazó admitirla a trámite alegando varias dificultades que podría comportar la investigación de los hechos y de los presuntos autores, pero posteriormente la Audiencia de Barcelona obligó a la admisión de la querella.

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Imagen de los bombardeos italianos sobre Barcelona el 1938

Pues bien, para iniciar la compleja investigación sobre estos bombardeos y –sobre todo- sus autores, las autoridades judiciales españolas remitieron dos comisiones rogatorias en el Estado italiano: La primera de ellas, para comprobar si alguno de los pilotos italianos que bombardearon Barcelona siguen vivos. La segunda, para pedir el interrogatorio de Luigui Gnecchi, piloto italiano de la aviación fascista de Mussolini que participó en los bombardeos en España durante la Guerra Civil y que, al parecer, sigue vivo –incluso se le rindió un polémico homenaje en su último aniversario-.

El Estado italiano, hasta ahora no ha hecho más que poner trabas a estos dos intentos de empezar a esclarecer los hechos. En cuanto a la primera rogatoria, la que tenía por objetivo investigar qué pilotos quedaban vivos, fue rechazada frontalmente por el Ministerio de Justicia Italiano. En en cuanto a la segunda, la cual reclamaba poder interrogar al piloto que se sabe que sigue vivo, la respuesta de Italia ha sido un largo silencio que ha traído a la suspensión de la misma. Ante estas dos negativas totalmente injustificadas del Estado italiano, el Juzgado de instrucción número 28 de Barcelona, a instancia de los querellantes, pide apoyo al Ministerio de Justicia español para denunciar la falta de colaboración de las autoridades italianas –lo cual, según los querellantes, podría suponer un incumplimiento de los convenios internacionales de cooperación judicial-. No obstante, las esperanzas de que el Gobierno español apoye en esta tarea son exiguas, sobre todo si tenemos en cuenta la poca disposición del Partido Popular (y también del PSOE) a investigar los crímenes de la Guerra Civil y el franquismo, y también la discutible gestión que está llevando a cabo el ministro Gallardón durante el presente mandato.

La lógica pregunta que se sigue ahora es: Porqué? Porque Italia no hace sino poner obstáculos a un proceso tan importante para la recuperación de la memoria histórica en España? La respuesta más lógica podría ser que el Estado italiano está intentando proteger algunos de sus ciudadanos, sospechosos de haber cometido crímenes de guerra. Pero, por otro lado, algunas fuentes apuntan que, en caso de que se condenara a los culpables, el Estado italiano podría tener que hacer frente a una responsabilidad civil en forma de indemnizaciones a las víctimas de los bombardeos (recordamos que el Estado italiano incumplió los convenios internacionales al bombardear un país con quien no tenía declaración de guerra y, además, los bombardeos fueron dirigidos contra objetivos civiles, no militares), lo cual podría ser la principal motivación que hay detrás las negativas de Italia.

Parece ser que, a la complejidad que comporta investigar unos hechos como estos, ocurridos hace más de 70 años, se le sumará la terquedad de las autoridades italianas de no colaborar con esclarecer qué pasó exactamente y quienes había detrás de estos bombardeos no tan sólo reprobables desde el punto de vista legal, sino también moralmente. Es cierto que alguien se puede llegar a plantear qué sentido tiene invertir tiempo y dinero al investigar y juzgar unos hechos que – por execrables que sean- tuvieron lugar hace tanto de tiempos. Para encontrar una respuesta en esta duda, sólo hay que ver las heridas que siguen abiertas en este país por los crímenes ocurridos durante la Guerra Civil y el franquismo, crímenes que han disfrutado de una absoluta impunidad gracias a la Ley de Amnistía de 1977, que impide investigarlos y perseguirlos. No se trata de remover el pasado porque sí, se trata de hacer justicia como requisito indispensable para la paz social.