La ley de Pávlov

Por David Garcia Giménez.
Barcelona.
 

Hace poco, hemos podido observar como en Grecia se ha producido el juicio a algunos integrantes del partido político Amanecer Dorado. Organización ilegal de carácter neonazi que defiende a día de hoy ideas autárquicas mediante la fuerza e intimidación. La caja de pandora se ha abierto cuando varios miembros de la agrupación de ultraderecha han sido llamados al proceso penal que tiene por objeto las responsabilidades sobre el asesinato del rapero griego pacifista Pávlos Físsas.

Como ya sabemos, Grecia es un país miembro de los llamados PIGS (siglas que en inglés se traducen irónicamente como cerdos), junto con Portugal, Italia y España.

El quid de la cuestión es el tratamiento que se debe dar a situaciones que incitan el fascismo especialmente por parte de países que han sufrido regímenes autárquicos. Curiosamente los PIGS tienen un pasado compartido, una misma política en este tema y una mala represión a grupos que cada vez se organizan mejor. Hagamos memoria sobre que pasó en estas naciones cuando los movimientos de este tipo estaban en su apogeo: dictadura de los Coroneles en Grecia (1967-74), dictadura Fascista de Mussolini en Italia (1922-43), dictadura del régimen Franquista en España (1939-75) y dictadura de Salazar en Portugal (1933-74). Tomemos ejemplo de Alemania: transparencia y arrepentimiento.

Debemos plantearnos donde está el límite previsto por ley en cuanto a la libertad de expresión como derecho fundamental recogido por la Constitución en su artículo 20, y el delito perseguido por el sistema penal referente al ensalzamiento de odio contra otros pueblos, otras culturas u otras razas. El artículo 22.4 del vigente Código Penal español estipula como hecho agravante: Cometer el delito por motivos racistas, antisemitas u otra clase de discriminación referente a la ideología, religión o creencias de la víctima, la etnia, raza o nación a la que pertenezca, su sexo, orientación o identidad sexual, la enfermedad que padezca o su discapacidad. Quizá situar un peligro de este nivel como agravante y no como delito independiente, tipificado correctamente sería lo más conveniente. Quizá ser mucho más duros con el objeto y los estatutos de los partidos políticos que son la voz y las manos de todo el pueblo o modificar la Ley de la memoria histórica poniendo más dignidad y menos puntos suspensivos. No es lógico que hoy en día haya una Fundación Francisco Franco y que nadie haga nada para evitarlo, ni jueces, ni magistrados, ni catedráticos ni políticos siquiera.

Esto es peligroso.

La transición del Estado Policía al Democrático y del mismo a principios que recuerdan al Absolutista. Recordemos como la Alemania que escogió al Canciller más famoso de la historia pasaba por una situación como la de los países que nombro. La deuda de la Primera Guerra Mundial con Estados Unidos, había conducido la nación bávara a una ruina absoluta donde la sociedad estaba hundida, enterrada. Del mismo modo puede ser que el pueblo, en una extrema necesidad escoja renunciar a libertad en pro de una vida mejor.

Esto también es peligroso.

El líder del partido Amanecer Dorado y exmilitar Nikolaos Mijaloliakos y el segundo de abordo Christos Pappas son los primeros imputados por el asesinato del rapero griego Pávlos Físsas. Las autoridades helenas ya han dispuesto que serán llamados más miembros involucrados directamente con el partido. La reflexión que debemos hacer, ya no es si debe ser legal o no un partido político que defienda ideales como estos, porque no hay nada que pensar al respecto: es ilegal. Del mismo modo que en su día se declaró ilegal el partido que defendía ideales terroristas en el País Vasco y que atentaba contra las bases de un Estado Democrático de Derecho.

Ciertamente, del mismo modo que el famoso experimento que llevó a cabo el Premio Nobel ruso Iván Pávlov, debemos aprender de la experiencia. Saber que aquello que pasó en la vieja Europa de mitad del siglo XX fue algo monstruoso, demoníaco. El aprendizaje dicen que es sensitivo. Quizá todo este confort y la burbuja de sobreprotección que nos ha rodeado mientras el ladrillo alzaba fortalezas de aire nos han hecho banalizar algo que es mucho más serio de lo que pensamos.

Ivan-Pavlov

Desde el punto de vista de la psicología, el condicionamiento clásico no es más que una secuencia ordenada entre un estímulo neutro, tal como pudiera ser el alzamiento del régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial y las consecuencias ligadas al mismo como puedan ser el odio, destrucción y la muerte. Del mismo modo que Pávlov demostró que el famoso acción – reacción implica aprendizaje en base a la experiencia, pongámoslo en práctica.

La ley debe ser firme, sin fisuras ni titubeos. Nuestra protección es y será el marco legal que permite los actos correctos y penaliza los que atenten contra los ciudadanos.

Esperaremos que nada de esto se repita, que la historia más que contarse, nos dé lecciones de aquello que fuimos y por qué no debemos volver allí. Esperemos no volver a oír los ladridos del perro de Pávlov.

 

El patriotismo es la virtud de los fracasados

Oscar Wilde