Redacción.
Con motivo de la conmemoración de la sexta edición del Día de la Justicia Gratuita y el Turno de Oficio, el Ilustre Colegio de Abogados de las Islas Baleares (ICAIB) rindió ayer un homenaje “justo y merecido ”a la abogacía de oficio, colectivo que, a juicio del decano, Martín Aleñar, es, posiblemente, el mejor ejemplo de la función social que tiene asignada la abogacía: la defensa de los derechos de las personas y la contribución a la igualdad de todos y de todas ante la Justicia.
El acto se inició con la lectura del Manifiesto de la Abogacía Española ante el Día de la Justicia Gratuita y siguió con la entrega de placas de reconocimiento a seis profesionales adscritos al servicio del Turno de Oficio – Jaime Bestard Comas, Pedro Gregorio Bonet Taberner, Saturnina Margarita Díez Forteza, Juan Fluxà Fornés, Miquel Nebot Mascaró y Joana Maria Pascual Sansó-,con la que, en nombre de la profesión, el ICAIB quiere reconocer la magnífica contribución de todo el colectivo de la abogacía al buen funcionamiento del servicio de Justicia Gratuita en las islas.
También se procedió a entregar el 1er Premio Inocente de la Abogacía de Oficio a la Fundació Ires, distinguida este año por el ICAIB como muestra de agradecimiento por su excelente colaboración con los profesionales que integran el Turno de Oficio y la eficacia con la que presta el servicio de acompañamiento social a los usuarios que lo necesitan, en los juzgados de Vía Alemania.
En nombre de dicha fundación, fue Manuel Alcarreta quien intervino para agradecer la distinción y destacar la relación de “confianza y de profundo respeto” existente entre la abogacía de oficio y la Fundació Ires, ya que, dijo, “pese a las distintas funciones que asume cada colectivo, ambos trabajamos en beneficio del ciudadano”. Y es que, añadió, en realidad no hay tanta diferencia entre la función socio-asistencial y la jurídica, pues “no hay nada más social que la justicia y nada más justo que la atención y el avance social”.
Por su parte, el decano del ICAIB valoró el homenaje a la abogacía de oficio como un acto justo que merecen cada abogado y abogada de oficio. “Vuestro trabajo – aseguró Marín Aleñar-, sirve para demostrar que los derechos de las personas no se pierden tras una economía maltrecha o una situación de vulnerabilidad. Que no hay ciudadanos de primera ni de segunda ni abogados de primera y de segunda. Y que el acceso a la Justicia en condiciones de igualdad es factible.
El modelo de justicia gratuita de España, recordó, “funciona y es admirado porque es un servicio integrado por profesiones independientes y muy preparados que creen en la igualdad de oportunidades y que se vuelcan en la defensa de quienes inicialmente se encuentran en situación de desventaja”.
Un esfuerzo, insistió el decano, que no se ve compensado por los poderes públicos. “Todos los gobiernos, sean del color que sean, presumen en Europa de la eficacia con la que funciona la Justicia gratuita. Sin embargo, de puertas adentro, parecen ignorar que ese mismo modelo es imposible sin vosotros y sin vosotras”. Por eso, añadió, la abogacía institucional seguirá exigiendo que la abogacía de oficio “sea tratada con la dignidad y el respeto que merece. Y seguiremos reclamando que cualquier propuesta de cambio que realice el legislador se haga teniendo en cuenta la opinión de quienes conocemos la realidad mejor que nadie”. “No exigimos – concluyó- un trato de favor. Tan solo pedimos lo que es de pura justicia: la que merecen quienes día tras día se esfuerzan para que el Estado de Derecho sea plenamente efectivo”.
En Palma, el acto se completó con un monólogo sobre Justicia Gratuita que específicamente preparó para la ocasión José Luis Artieda, quien dio una clase magistral de buen humor y fina ironía muy aplaudida por los asistentes. Imperdible, por cierto, su visión sobre la centralita de localización de los letrados de guardia, que produjo sonoras carcajadas entre el público.
