“Deberían escribirse más novelas de abogados ambientadas en España”

Por Alexander Salvador.
Barcelona.

Llego a las seis y media a la librería Documenta de Barcelona. Allí me espera Laura Mollá, una abogada de Ontinyent que se acaba de abrir camino en el mundo de la literatura. No nos conocemos en persona y ello hace que cuando llego me mire con aquellos ojos de ‘Tú debes de ser el chico de El Jurista!’ que me dedica todo el mundo. En breves empieza la presentación de su primera novela de abogados titulada ‘Vanitas vanitatum’, así que nos apresuramos a buscar sitio para empezar a grabar. Las entrevistas con personas que han hecho algo de extraordinario, de loco, de kamikaze con sus vidas… siempre tienen un toque de genial. Pero, Laura en dos minutos ya se ha ganado mi alma de lector; Su novela la ha escrito, antes que nada, para ella misma, para poder pasar las hojas de una historia que siempre le habría gustado leer, pero, que nadie había escrito todavía. Y es que en toda la entrevista no pude esconder una sonrisa de elogio y admiración.

¿Es la escritura una pasión descubierta o un secreto bien guardado?

De cara a terceros era un secreto. De hecho, con personas que me conocen mucho cuando les comenté que había escrito una novela se sorprendieron, pues no se lo esperaban. Saben que leo mucho, que soy una fan de John Grisham, pero, no esperaban que escribiera un libro. Aunque también es verdad que me guardé bien oculto el secreto.

Laura Mollá

¿Por qué motivo?

Pensé, ¿y si no lo acabo? Y claro, decir que estas escribiendo un libro y no acabarlo… Da un poco de apuro… (Rie)

¿Y cómo decide la ‘Laura abogada’ empezar a escribir un libro?

Yo creo que en ese momento escribí el libro que me apetecía leer. He de decir que soy una fan de la novela policiaca, de suspense… En mi biblioteca todo lo que hay es de la línea de John Grisham, y por supuesto del mismo Grisham. Pero, todo aquello me queda lejos… Está ambientado en el Derecho Penal, en Estados Unidos… ¡Y mi mundo es el Derecho Laboral y Valencia!

Quedaba un poco lejos de los últimos hits literarios.

Si, quedaba un poco lejos; La idea era escribir algo cercano, que pudiese palpar… Nova York queda muy lejos, deberían escribirse más novelas de abogados ambientadas en España. Y una vez con la idea en la cabeza, me lancé. Me lancé a escribir lo que yo quería leer. ¡Y la sorpresa fue que la novela fue bien recibida!

Tus palabras parecen salidas de los labios de la Premio Nobel de Literatura Toni Morrison. (“If there’s a book that you want to read, but it hasn’t been written yet, then you must write it.”)

Realmente no pensé que fuese una historia vendible… ¿El Derecho Laboral? Siempre se habla más del Penal, el Mercantil, Familia… Claro, el Derecho Laboral es algo que no se ve. No me lo planteé que fuese una historia que pudiese ser novelada o contada. Me apetecía contar algo que quería leer, y eso fue lo que hice. Y luego todo sucedió solo; Hablando con un amigo, se lo conté y en nada me vi enviándole capítulo a capítulo para que me diese su opinión. ¡Y eso que él no es muy fan de la lectura! Y así, en unas vacaciones de verano tuve plasmadas todas aquellas ideas, tramas y subtramas en algo más que palabras en mi mente. Sólo faltaba el título.

Hablando del título, siempre me he defendido a mi mismo como un pequeño fan del branding y del nombre que se le da a las cosas. Así que he de preguntarte, ¿por qué ‘Vanitas vanitatum’?

Realmente el título no lo tenía pensado. Fue de lo último que pensé.

¿En serio no fue lo primero?

En absoluto. Primero fue la trama, y ella misma cobró vida para deslizarse entre los límites de la vanidad, descifrando así cómo el protagonista, guiado por el ego y la vanidad, es capaz de hacer cosas que de otra manera no haría. Un abogado ‘normal’, éticamente bastante correcto, pero cuando el ego y la vanidad lo sobrepasan es capaz de actuar de una manera que no es acorde a él.

En este momento, en atención a la sociedad donde vivimos y a la relevancia que pueden tener ciertas personas, ese ego puede estar bien hasta cierto punto. Pero cuando ese ego sobrepasa los límites que deberían contenerlo y se convierte en vanidad… Es justamente eso en lo que ahondo en la novela. ¿‘Vanitas vanitatum’? Me recordaba a una cita bíblica y la tomé a medias. Esta es la historia detrás del título.

¿Descubres a cada palabra, a cada capítulo escrito si la vanidad puede hacer tambalear los pilares de la abogacía?

Sí. Es justamente lo que sucede en la trama; Se produce un fraude y el abogado es cooperador necesario de este fraude. Si él no hubiese hecho la vista gorda, pasando por alto procesos que debería haber hecho bien, el fraude nunca se hubiera podido producir. Sí que creo que la vanidad puede hacer tambalear los principios de la abogacía.

¿Crees que la vanidad es un hecho caracterizador de la abogacía?

No pienso que los abogados por si mismos sean vanidosos, pienso que todas las personas tienen un punto de vanidad. Y claro, aquí entra la discusión de hasta qué punto la vanidad puede serte útil para potenciar tus objetivos, alcanzar tus metas… Pero, cuando se traspasa esta línea, nos perdemos en lo que debería ser lo correcto, no sólo los abogados, sino cualquier persona.    

¿Y podemos encontrarte reflejada en el protagonista o alguno de los personajes?

(Ríe mucho) Creo que todos tienen algo mío. Quien me conoce realmente puede distinguir muchas cosas de mí en Fermín, en Claudia, en Lana… En cualquiera personaje. Todos tienen algo de mí.

¿Y podrías revelarme si la trama se cimienta en algún hecho de tu vida?

Mi experiencia en el Derecho Laboral, con un poquito de imaginación sumado a cualquier caso que hemos llevado en el despacho, creo que da para muchas novelas. En el aspecto personal, no eran más que ideas esbozadas en mi cabeza hasta que las enfilé letra a letra en el papel. Sin embargo, cuando empecé a escribir era, por ejemplo, una época donde el asesoramiento en gestión de despachos y las nuevas tecnologías era algo, aún, muy insólito y eso se ve reflejado en Claudia; Ella se siente sola, porque es un campo que no está extendido. Y allí no puedo negarte que se reflejan aspectos o vivencias personales y profesionales.

Si no voy errado, el libro fue autoeditado. ¿Por qué?

Por circunstancias personales, me resultaba imposible presentar a editoriales la novela durante unos cuantos meses…

¿Por qué? No, espera. Antes que comience la presentación, prefiero que me hables sobre cómo fue autoeditarte.

Desconozco totalmente el mundo editorial, más allá de lo que pueda haber leído en blogs o webs. Pero, quería ver ‘Vanitatis vanitatum’ en papel, pasar sus hojas una a una… Era un proyecto por el cual merecía la pena emprender. Y decidí autoeditarlo. Desde fuera puede parecer sencillo, pero, más allá de la impresión no lo es. Sólo piensa en la difusión o la distribución… Llegar a las librerías no es fácil, y aún menos sin distribuidora. Han sido muchas horas invertidas, pero, ha valido la pena. Mucho. Sin ninguna duda.

Y en una palabra, ¿cómo fue la sensación de ver tu libro en el escaparate de una librería con tus propios ojos?

Emocionante. La verdad es que ya lo fue cuando fui a recogerlos en la imprenta. Ahora sólo me faltaba encontrar una estantería en una librería donde quisieran ponerlo. Tirant lo Blanch y la librería Paris Valencia fueron las primeras librerías donde llevé el libro, y en esta última lo promocionaron en el mismísimo escaparate de la Plaza Tetuán. ¿Cómo puedo describirte ver tu propio libro en un escaparate al lado de Premios Planeta? Es como estar en una nube.

Déjame pedirte si leeremos más literatura tuya.

Estoy trabajando en una próxima novela, así que ¡yo espero que sí!

¿Y puedes adelantarme alguna pequeña pista sobre la trama?

Vinos. Vinos y abogados. Y quizás algún otro pecado capital.