Toques de queda y constituciones suspendidas en Tailandia

Álvaro Melero
Barcelona
 
 

Durante un largo periodo, Tailandia ha estado sufriendo conflictos callejeros entre partidarios políticos y contrarios. Una situación que durante meses ha ido consumiendo la energía de aquellos que se mantenían al margen; la Junta Militar, los cuales de la noche a la mañana tomaron cartas en el asunto y del modo que fuere instaurar de nuevo los valores y la paz.

“El toque de queda se decreta de diez de la noche a cinco de la madrugada, se procede a la suspensión de la Constitución salvo las disposiciones referentes al rey y la prohibición de reuniones de más de cinco miembros. Además del deber de personarse los miembros del gobierno en funciones antes de que termine el día”. Estas son algunas de las medidas que se tomaron hará unos días en Tailandia tras el golpe de estado del ejército de la región.

Fuente: www.zoomnews.es
Fuente: www.zoomnews.es

Según declaró para los medios el jefe del ejército, todo comenzó con declarar el estado de excepción, medida que no tuvo éxito y consecuentemente la Junta Militar tomó el poder para proceder de urgencia al arreglo de la controversia. Una de las primeras decisiones, tomado ya el poder por los militares, fue suspender la Constitución de 2007, exceptuando las disposiciones concernientes al rey. Dicha Constitución fue adoptada por un Comité Constitucional creado por la Asamblea Nacional, elegida por la Junta Militar después del golpe de Estado de 2006. Como puede apreciarse, la fuerza política de los militares queda plasmada en la Constitución y en la toma de decisiones desde antaño.

Ésta es la decimonovena vez que los militares proclaman un golpe de estado, de los cuales once han tenido éxito. Parece ser la única manera de poner control en dicho país, pero ello implica poner en juego el poder coactivo del cuerpo militar, la aplicación de medidas restrictivas contra la sociedad que ponen de manifiesto situaciones críticas e incitando a la tensión y la manifestación en defensa de sus derechos. Los ciudadanos de Tailandia, como está pasando en varios puntos del planeta, en concreto Ucrania, Brasil, y en menor proporcion en España, ven como se anteponen los intereses de las altas esferas ante los derechos de la sociedad reconocidos en texto legal y como consecuencia, el resultado suele ser desfavorable para los ciudadanos. Actuaciones que protagonizan los representantes de los ciudadanos en sus cargos. Una sociedad tailandesa que ha confiado el voto democrático a una serie de profesionales, que en cuestión de meses, han hecho una mala gestión del país y el incumplimiento del programa politico o su desarrollo erroneo, llevando al traste la región de Tailandia.

No obstante, dentro del marco del golpe de estado, no todo es tan feo ni malo, como parece mostrar un ciudadano tailandés. Protagoniza una escena que de un modo u otro rompe con el esquema típico de un territorio bajo el toque de queda y con el despligue masivo del cuerpo militar. A pesar de haber llegado a dicha situación por la crisis politica, este señor, muestra un mensaje escrito en la mascareta que porta donde puede apreciarse el “NO al golpe de estado”.

Indudablemente ningún grupo social es partidario ni desea llegar a situaciones negativas de convivencia, pese a ello, un gran número de tailandeses está en contra de la toma de posesión del país por los militares y luchan protagonizando escenas como la descrita, conocida como “selfie”. Una de las tendencias actuales en toma de fotografías alrededor del mundo y que en Tailandia empiezan a poner en práctica los ciudadanos junto con las tropas desplegadas. Actuación que debía ser únicamente el hacerse una fotografía guardando silencio sobre opiniones respecto el golpe de estado y pretendía hacer ver al resto del mundo que los militares tomaron el relevo del régimen civil.

A pesar de las prohibiciones y ordenanzas de las autoridades, siguen habiendo y cada vez más manifestantes, que parecen no tener miedo de los soldados. Pero ello no quiere decir que no estén en contra de la Junta Militar.

Numerosos estudiantes se han atrevido a salir a la calle, cargarse de valor y defender uno de los derechos que se les reconoce, votar. Piden que se proclamen elecciones y escoger de un modo pacífico y democrático al representante de su territorio. Pese a dichas protestas, no se ha procedido todavía a marcar una fecha para las elecciones del nuevo representante y no figura dentro del programa de la Junta Militar. Por ahora, el poder legislativo de Tailandia deberá recurrir al visto bueno de la Junta para la aprobación de cualquier ley que se redacte. Los militares han disuelto el Senado y han tomado el control del parlamento tailandés.

Para poder recuperar la normalidad y devolver la paz al estado y a la sociedad, se está procediendo durante estos días al llamamiento a personarse y declarar ante la “nueva“ autoridad militar del país a diferentes miembros, entre los que se encuentran políticos de alto cargo, intelectuales, profesores de universidad y prodemocráticos. Las detenciones no cesan y pretenden acabar con aquellos que apoyan a la corriente política de la destituida Shinawatra, política tailandesa de la rama de los “camisas rojas”, y heredera del partido Poder del Pueblo, declarado ilegal por el Tribunal Supremo. Además de haber sido destituida el pasado día 7 de mayo de 2014 por el Tribunal Constitucional de Tailandia por un delito de abuso de poder.

La concatenación del poder militar, los manifestantes en defensa de los derechos que les son reconocidos en un texto legal, una Constitución suspendida e intelectuales citados a declarar, sólo parece dar resultado a una situación crítica, complicada y poco agradable, para una sociedad que quiere salir de la crisis política, sin perder lo poco que les queda, sus derechos y utilizando las nuevas tendencias, en silencio, para hacer ver al resto del mundo quien tiene el control y pretende subsanar el problema.