Recientemente ha salido a la luz la pregunta y la fecha de la consulta popular que debe decidir el futuro de Catalunya, pero lejos de tratar este tema desde la perspectiva ideológica, política, territorial, o constitucional, en EL JURISTA hemos decidido analizar qué pasaria desde la perspectiva económica, dada la posibilidad de salir fuera del euro, se abren nuevas vías entre las que destacamos el pionero y desconocido BitCoin.
¿Qué es el BitCoin?
Se trata de una iniciativa del programador Satoshi Nakamoto, que en 2009 partía de la siguiente premisa: crear una moneda electrónica que no dependiera de ningun tercero (llamémosle banco, gobierno central o fondo monetario) que la valide, ni que la respalde.
¿Quién fabrica el dinero?
Si los bancos no fabrican el dinero, ¿entonces quien? La respuesta: informáticos repartidos por todo el mundo con sus ordenadores. Se les llama mineros. Cada vez que fabrican dinero los mineros ganan una parte, pero el invento está pensado para que cada año sea más dificil de fabricar y la ganancia sea tan mínima que sólo los enamorados del invento lo fabriquen. El código creado por Sakamoto es un código abierto, a diferencia de las actuales máquinas de dinero que están custodiadas por policías y militares, de modo que todo el que quiera y tenga suficientes conocimientos, puede participar en la fabricación de moneda.
No obstante, para los escépticos, ya les aviso que el código está creado para ser limitado y su velocidad de creación está calculada, con lo que a fecha de hoy se puede saber cuanto es el máximo de dinero en Bitcoins que puede fabricarse (alcanzando un máximo de 21 millones en el 2140) y más allá de esta fecha dejará de fabricarse para mantener su valor.
¿Porqué debería usarla?
Primero, porque si alguien le ofrece un BitCoin, al cambio le está ofreciendo 1000 USD; Segundo, porque es una alternativa real con un mercado que asciende a los 1000 millones de dólares que aceptan empresas como Wikipedia, WordPress o los restaurantes de Nueva York, y que permite la posibilidad de ser compatible con otras divisas (en Vancouver ya se está usando el primer cajero que cambia dólares canadienses a BitCoins y viceversa); Tercero, porque es un método seguro e independiente de terceros reguladores, ya que son los propios usuarios quien validan éste dinero (La Reserva Federal de los Estados Unidos ya ha avisado que quiere controlar, ni que sea indirectamente, esta moneda, a lo que le han respondido que no).
¿Cómo funciona?
Puede ver éste video. Aunque simplificando mucho, Nakamoto, como critógrafo que es, creó el código para que fuese descifrado y sólo así se convirtiera en dinero. Aquí entran los “mineros” de los que antes hablábamos, para crear el dinero y emitirlo. Al tener calculada la velocidad de creación de dinero y ser estable, se evita la inflación. Luego, si usted recibe un BitCoin, puede comprobar a través de un programa si el código base es verdadero, algo así como un certificado de autenticidad imborrable. Finalmente, usted dispone de una moneda electrónica que puede disponer para cualquier operación financiera o para comprar en un 7-Eleven.
CONCLUSIÓN:
¿Sueño libertario o realidad alternativa? Sólo el tiempo dirá, pero la idea ya está en marcha a nivel empresarial y miles de empresarios se interesan cada vez más por este sistema de pagos que evita el control central de los gobiernos y permite transacciones anónimas entre particulares. ¿Fomentará la economía sumergida? ¿Sería viable para un país? Las respuestas pueden variar según quién se pregunte, pero está claro que ya hemos probado el sistema actual y tampoco nos hemos librado de los problemas inherentes de la economía centralizada, tal vez la descentralización sea el siguiente paso lógico también para la economía.