El rotundo éxito de la Vía Catalana celebrada el pasado 11 de Septiembre ha contribuido sin duda a recolocar el debate sobre el futuro de Catalunya en el centro de todas las miradas. Después de un verano relativamente tranquilo, la relación entre Catalunya i España ha entrado nuevamente en estado de ebullición.
Buena prueba de ello es que la prensa nacional e internacional se ha hecho eco de la cuestión de un modo amplio y transversal. Los principales periódicos del Estado español ya hace más de una semana que han situado Catalunya en las portadas y los articulistas de cabecera cada día nos aportan su visión al respecto.
Este elevado tratamiento mediático, junto con una serie de tira y aflojas entre personajes públicos de uno y otro bando –sin olvidarnos de las discrepancias diplomáticas entre España y ciertas Repúblicas bálticas- han conducido a una radicalización, propiciando que tertulianos y comentaristas varios traten la cuestión con demasiada vehemencia e ímpetu, a menudo en detrimento de la razón.
Precisamente con ánimo de aportar argumentos jurídicamente fundamentados y para enfocar el debate independentista desde un punto de vista académico y riguroso, ha nacido el Col·lectiu Praga, asociación que reúne una cincuentena de Catedráticos y Profesores de Derecho de las universidades públicas catalanas.
A pesar de que los miembros del Colectivo tienen visiones políticamente plurales, los une, como se pone de manifiesto en su declaración constitutiva, “la convicción de que el pueblo de Catalunya puede ejercer el derecho a decidir su futuro político, sin necesidad de reformar previamente las normas de cabecera del ordenamiento jurídico español”. En este sentido, los miembros del colectivo incidirán en la aportación de argumentos jurídicos y democráticos de peso para contrarrestar la actual posición inmovilista de las élites jurídicas y políticas del Estado español.
El pasado miércoles, el colectivo fue presentado ante los medios de comunicación, en un acto celebrado en la Universitat de Barcelona. De esta presentación pública cabe destacar la vocación de servicio al país y a la democracia, en un momento clave para la historia de Catalunya. Los representantes quisieron asimismo subrayar la total independencia del Col·lectiu respecto a cualquier institución público o privada.
Los coordinadores del Col·lectiu Praga son Josep Maria Vilajosana (Catedrático de Filosofía del Derecho y Decano de la Facultad de Derecho de la Universitat Pompeu Fabra) y Mercè Barceló (Catedrática de Derecho Constitucional de la Universitat de Barcelona). La institución que más miembros aporta al colectivo es la Universitat Autònoma de Barcelona, con 16 representantes.
De traca el párrafo, jajajajaja
A pesar de que los miembros del Colectivo tienen visiones políticamente plurales, los une, como se pone de manifiesto en su declaración constitutiva, “la convicción de que el pueblo de Catalunya puede ejercer el derecho a decidir su futuro político, sin necesidad de reformar previamente las normas de cabecera del ordenamiento jurídico español”.