En primera línea

 Victoria Ortega Benito.Por Victoria Ortega

Candidata a la Presidencia del CGAE

Dentro de solo unos días, los representantes legítimos de los decenas de miles de abogados que cada día ejercen el derecho en nuestro país elegirán una vez más al presidente o presidenta del Consejo General de la Abogacía Española para los próximos cuatro años. Vaya por delante mi eterno agradecimiento a quienes hace cuatro años me eligieron para ocupar el más alto honor profesional al que puede aspirar un abogado.

Desde ese momento no escatimé ninguna energía para impulsar la modernización y transformación de nuestro Consejo ejerciendo como catalizador del esfuerzo que cada uno de los consejeros han realizado en todo este tiempo, siendo ellos a su vez cadena de transmisión de la importante labor que desarrollan todos y cada uno de nuestros 83 Colegios. Ese impulso renovador se plasmó en un plan estratégico 2016-2020, cuyo desarrollo está en estado muy avanzado, pero que aún ha no desplegado todos sus efectos.

El deseo de poder completar esa labor que se me encomendó hace cuatro años y de proyectar las numerosas iniciativas que surgieron de nuestro exitoso y transformador Congreso Nacional celebrado el pasado mes de mayo en Valladolid es lo que me ha llevado a presentar de nuevo mi candidatura para presidir la institución. El Consejo tiene que seguir canalizando los latidos de la profesión y reclamando lo que por motivos morales pero también legales nos pertenece. Tiene que seguir trabajando para generar las circunstancias que permitan abandonar la precariedad en la que por desgracia siguen viviendo muchos de nuestros compañeros, especialmente de entre los más jóvenes.

No quisiera dejar pasar la ocasión que me brinda este medio de comunicación para reivindicar el innegable protagonismo que el Consejo ha jugado en cuantas demandas y logros se han materializado en los últimos años en beneficio de los abogados. Pues fue el esfuerzo conjunto de todos y cada uno de los decanos españoles lo que frenó el grueso de la Ley de Tasas. O lo que hizo posible que, después de 13 años, se actualizase la todavía muy precaria retribución del Turno de Oficio. Han sido los Colegios de Abogados que el Consejo representa los que materializaron el pago mensual o frenaron la tentativa de incorporar el IVA a los servicios del Turno de oficio.

No quiero hacer de este artículo una relación de acciones y de avances, pero sí poner de relieve con cierto orgullo que quienes desde diferentes ámbitos denostan la actuación del Consejo o bien ignoran su verdadero papel en la relación con la Administración y los otros colectivos de la familia jurídica o lo hacen con el único objetivo de recortar la capacidad de influir que el colectivo de la Abogacía ha tenido, tiene y tendrá en el devenir de la Justicia y del conjunto de la sociedad española durante los próximos años. Sea cual fuere la razón, se equivocan. Porque dañando la imagen de la institución no hacen más que infligirse el daño a sus compañeros y a ellos mismos.

Creo que ignorar el número y la calidad de los servicios que el Consejo presta en la actualidad a los colegios y a los colegiados y que espero sigan creciendo en los próximos años es cerrar los ojos a una evidencia incontestable. Y es que frente a la imagen que los ciudadanos tienen de la Justicia como un servicio tortuoso anclado en el pasado, los abogados aparecen como profesionales adaptados a los últimos avances tecnológicos y próximos a las necesidades reales de sus clientes, que en las encuestas muestran un elevadísimo grado de satisfacción con ellos. A prestar el soporte preciso para que los abogados españoles dediquen el grueso de su tiempo a sus clientes y sus casos es a lo que se ha dedicado el Consejo en los últimos años y a lo que, si salgo elegida presidenta, se seguirá dedicando en los próximos. Nuestra tarea seguirá siendo intentar anticiparnos a las necesidades futuras de los abogados para que todos ellos cuenten con las herramientas que les permitan seguir dando plena satisfacción a sus clientes.

Nuestra tarea será también seguir defendiendo a una profesión y a una institución a la que algunos de nuestros colegas parece entretener zarandear. Lo hemos hecho hasta ahora pero, sin duda, con fuerzas renovadas, si soy reelegida continuaré ocupando la primera fila de las reclamaciones profesionales ante quien sea necesario. Alzando la voz cuando sea oportuno, trabajando en silencio cuando sea lo más conveniente para nuestros compañeros. No regateando un solo segundo de mi tiempo y poniendo toda mi experiencia y conocimiento al servicio de hacer que nuestra profesión siga siendo un indiscutible referente en la evolución de un país al que hemos contribuido a hacer crecer entre todos.


10 de enero de 2020

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