“Un ICAM más útil y mejor es posible, pero sobre todo es necesario”

Por A. Salvador.

José Maria Alonso es el socio director del departamento de Litigación y Arbitraje en Baker McKenzie Madrid, dirigiendo tal oficina desde el 1 de julio de 2013 hasta el 1 de octubre de 2017. Anteriormente, en J&A Garrigues fue director del departamento Procesal y de Arbitraje de 1982 a 2000, socio director de 2000 a 2009 y coordinador del área de Arbitraje Internacional y responsable de Relaciones Internacionales entre 2009 y 2011. Hoy lo entrevistamos en El Jurista como candidato a Decano del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM), en las inminentes elecciones que tendrán lugar este miércoles 13 de diciembre.

Esta primera pregunta es obligada: ¿por qué decide un abogado de su calibre dar un paso al lado en la dirección y gestión de una firma como Baker Mckenzie, para lanzarse a la carrera electoral del ICAM?

Porque creo en este oficio. Porque ha llegado el momento de servir a mis compañeros. Porque me siento en la obligación de volcarme para devolver lo mucho y lo bueno que me ha dado esta hermosa profesión. Y, sobre todo, porque me veo en este momento con toda la energía y con la máxima ilusión. A ello ha contribuido el excelente equipo del que me he rodeado para representar a los abogados de la mejor forma que merecen: de forma distinta y mejor a la actual. Un cambio en el ICAM, un Colegio más útil y mejor es posible y necesario.

José Maria Alonso

¿Qué cree que se requiere para presentarse a Decano en estas elecciones del ICAM?

Desde luego, yo le puedo hablar en primera persona, de mis razones y de mi convicción. Somos una de las pocas profesiones que todavía se ven sometidas a la necesidad de colegiación para el ejercicio, y esto ha contribuido a que la representatividad y la defensa de nuestros intereses por el Colegio se hayan relajado de sobremanera. Esto ha significado un gasto cuando debiera ser nuestra mayor fuente de soporte logístico, académico, comercial e incluso social. Creo en una misión transformadora ‘del’ y ‘en el’ Colegio. Y entiendo que es posible una gestión novedosa, desde una visión empresarial dinámica, en la que el colegiado se convierta de facto en un socio con derecho de acceso a la información y empoderado para exigir una atención humana, unas prestaciones adecuadas al ejercicio, y unos resultados proporcionales a la aportación económica que se le exigen. ¿Qué creo que se requiere para ser Decano? La capacidad y la energía, el conjunto y el proyecto para devolver la vitola de la honorabilidad al ICAM, para que vuelva a ser casa, espejo, orgullo y refugio de todos los Colegiados, una institución sin su voz silenciada ante la sociedad civil o ante la maquinaria judicial. Me pondré al frente de este proyecto con la máxima ilusión y ganas de trabajar.

¿Y por qué cree que se le acusa de ser “el candidato del ISDE”? ¿Es realmente el candidato de ISDE?

Le voy a ser muy claro. Y lo he sido durante toda la campaña. Otra cosa son las acusaciones infundadas, las tergiversaciones o las ganas, simplemente, de hacer ruido. El Instituto Superior de Derecho y Economía es una de las numerosas instituciones de especial prestigio que han manifestado su apoyo a la candidatura, unas adhesiones que asumimos con orgullo y responsabilidad. Como se ha difundido de forma pública a través de medios de comunicación de masas y en otros foros, ISDE en modo alguno financia la campaña de esta candidatura. Ha manifestado, eso sí, su satisfacción por el hecho de que abogados independientes, que comparten con profunda generosidad su amplio conocimiento jurídico con las nuevas generaciones, opten a ocupar cargos en los órganos de representación de la abogacía como el ICAM. Asimismo, ha lamentado que letrados que se postulan para optar al decanato del Colegio de Madrid falten al respeto de sus contrincantes poniendo en entredicho su autonomía e independencia sin fundamento alguno. No puedo ser más claro.

Muy brevemente. ¿Cuáles son los puntos principales qué destacaría de su programa?

Todos los puntos de nuestro programa están estudiados con el máximo detalle y son el resultado de las diversas sensibilidades de los distintos miembros que integran nuestra candidatura. Todos son, pues, importantes. Pero, si me permite, yo destacaría uno por encima de los demás: nuestra visión y nuestra misión es que la Abogacía, con mayúsculas, sea uno de los poderes más relevantes, más influyentes de la sociedad civil española y madrileña, en particular. Si lo conseguimos -y estoy convencido de que si hay algún equipo que puede conseguirlo es el nuestro- todo lo demás vendrá por añadidura. Si eres fuerte y respetado, consigues mucho más que si eres débil o sencillamente irrelevante. La experiencia así lo viene demostrando tozudamente.

Unos de los principales pilares de su campaña está siendo AJA Madrid. ¿Qué piensa de su situación actual dentro del ICAM? ¿Qué papel tiene pensado para los jóvenes dentro del ICAM?

La Agrupación de Jóvenes Abogados tendrá voz y voto, cosa que hasta ahora no ha tenido porque la Junta de Gobierno saliente no ha contado con los jóvenes. Firmaremos convenios con Universidades, estableceremos programas de ‘mentoring’ con letrados experimentados y de prestigio, facilitaremos las condiciones para que puedan sufragar sus gastos de establecimiento y formación. Y facilitaremos el pago de cuotas, flexibilizando y haciendo descuentos progresivos para aquellos letrados que justifiquen falta de recursos. Los jóvenes son una de nuestras principales fuentes de motivación.

Ante las acusaciones de que sólo representa los intereses de los grandes despachos y los lobbies y elites de la abogacía, vemos como ALTODO, abogados de a pie e incasables luchadores por la defensa del Turno de Oficio, se ha volcado con su candidatura. ¿Por qué y cómo ha sido posible que ALTODO se uniese a su equipo?

Ha sido muy significativa la carta que ha publicado hace unas horas Isidro Moreno. Muy elocuente. De un tiempo a esta parte  ha habido un desapego creciente de la actual Junta de Gobierno hacia el Turno de Oficio, un desinterés paulatino cuyo ejemplo más patente fue la negativa a tramitar siquiera las propuestas para la mejora del Turno de Oficio, realistas y bienintencionadas, que desde la Asociación se elevaban a la Junta de Gobierno. Insisto, es la queja razonable y razonada de ALTODO. Ellos, como asociación, han sondeado las distintas opciones electorales y han encontrado en mi proyecto el interés por el Turno de Oficio que no han apreciado en el candidato que hoy se presenta como continuista. Estamos muy orgullosos de incorporar tres personas del turno en nuestra lista, y una de ellas con rango de Vicedecana.

José Maria Alonso (v2)

MUSA. ¿Por qué ha acabado de tal manera? ¿Qué piensa hacer para devolverle a MUSA la posición que antes ostentaba?

Lo diré en pocas palabras. La mutua sanitaria “MUSA” es patrimonio histórico del ICAM. Este servicio se edificó exclusivamente con las aportaciones de todos nosotros, los colegiados madrileños. Por ello, queremos otorgarle una posición en la que pueda competir en términos de plena igualdad con los otros servicios médicos con los que el ICAM tiene convenio. Y, desde luego, apoyaremos a los colegiados, especialmente a los más veteranos, para que obtengan de MUSA una reducción general de las primas.

¿Cuál es la transformación qué propone para el ICAM?

La que deriva de encabezar una candidatura y un proyecto muy muy respaldado. Instituciones y firmas del máximo prestigio en el sector jurídico madrileño han adquirido conmigo unos compromisos que no han querido adquirir con ningún otro candidato a Decano, y eso irá en beneficio directo de los colegiados. Por otra parte, las capacidades, la excelencia, el talento y el espíritu solidario de quienes conforman mi lista están por encima -dicho sea con todos los respetos- de lo que puedan ofrecer nuestros contrincantes. Y por último, nuestro programa es el más sólido, el mejor articulado, el más útil, el más ambicioso. Es el contrato y el plan de acción que necesita la abogacía madrileña para recuperar su grandeza. Con estos mimbres, una transformación a más utilidad, mejor gestión o más relevancia será posible. Y será un camino apasionante el que podamos recorrer.

¿Y cómo piensa defender la dignidad de la abogacía madrileña?

Desde luego, y para empezar, tomando una primera medida. Nombraré a un Defensor del Abogado, para que ofrezca una defensa real y de garantías para el colegiado, para que dignifique y proteja el ejercicio de nuestro oficio. El Defensor tendrá por fin un papel relevante en la abogacía madrileña. No permitiremos que nuestro principal objetivo, la defensa de los intereses de los colegiados y su dignificación, quede resumido en un mero buzón de quejas en forma de APP.

¿Qué cree que se debe tener para ganar unas elecciones en el ICAM?

Creo que al margen de lo que ya le he citado (liderazgo, equipo o programa), es extraordinariamente importante la ilusión, la emoción que produzca el propio proyecto al trasladarlo a tus compañeros. Y particularmente, en ese sentido, estamos encontrando un ‘feedback’ muy estimulante, mucho. Desde luego es vital que tus compañeros vean las ganas que tienes de echar a andar, de arremangarte para mejorar las cosas, de servir, de liderar un cambio con garantías. He buscado en ellos, del primero al último de los miembros que espero que conformen la próxima Junta de Gobierno, la fuerza de la credibilidad, la fuerza de la palabra, la fuerza del estilo, la fuerza de la esperanza, la fuerza de la complicidad, la fuerza del sacrificio y, por qué no, la fuerza del éxito. Espero que todo esto nos ayude a ganar.

Denuncias ante la Comisión Electoral, ante los Juzgados de Plaza Castilla, perfiles falsos en Twitter, acusaciones de falta de neutralidad, controversias con el acceso al censo… ¿Tendremos alguna vez unas elecciones pacíficas en el ICAM?

Mire, hemos llegado a la recta final de la campaña cargados de ilusión, porque estamos esperando con ilusión que llegue el día 13, podamos contar con el apoyo de los colegiados, y empezar a cumplir con nuestro programa y con nuestro compromiso de servir. Eso es lo importante. A pesar de los pesares, a cada tergiversación hemos respondido con una aclaración. A cada falsedad hemos respondido con la verdad, porque a mí me parece que es una obligación, siempre, luchar contra las mentiras. Creemos en la transparencia y creemos que hay que mirar a los ojos a los colegiados. Tengo la convicción plena de que pese a que han querido enredar a mi candidatura en debates estériles o falsas candidaturas, nuestras propuestas y medidas de mejora y cambio en el Colegio, nuestro mensaje y nuestra voz, se han elevado y se han escuchado. Yo entiendo que puede ser duro para alguno de nuestros rivales comprobar que llevamos líneas de acción y conquistas a lograr en nuestro programa que (dado el nivel tan elevado de la candidatura que tengo el honor de encabezar) sólo serán posibles si nosotros ganamos las elecciones. Y, esto, quiero serle franco, explica muchas cosas. 

Y si gana las elecciones, ¿cuáles son las razones que cree que le darán la victoria?

Corren tiempos en los que la sociedad civil parece despertar una vez más con una mirada atenta y con una voz exigente, dirigida la primera y levantada la segunda hacia los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Pero no sólo eso: parece vigilar en grado especialmente escrupuloso las actuaciones de toda una galería de organizaciones y asociaciones que vertebran y reproducen el debate público, e incluso que influyen y lo condicionan. Creo que muchas de las razones que le he expuesto extensamente pero, sobre todo, nuestra capacidad para convertir de nuevo a la Abogacía en un actor que desempeñe un papel de primera magnitud en nuestro sistema democrático, en la salvaguarda de nuestros derechos y la protección de nuestras libertades fundamentales, será una clave a tener en cuenta. Llevamos un mensaje compacto y unido de renovación, se está escuchando con fuerza entre los abogados y espero que tenga su traducción en las urnas.

¿Es tiempo para la grandeza en el ICAM?

No lo dude. Desde la humildad pero desde la seguridad le digo que es posible ser más útiles a los colegiados y, por extensión, a los ciudadanos. Y por eso convoco a mis compañeros a un sueño colectivo, atractivo, generoso, en el que quepan todos, con unas metas muy claras que hagan más estimulante el día a día. Y que le den sentido al viaje y a la misión de escribir una Abogacía en mayúsculas. Recuperar esa grandeza traerá muchas cosas buenas, pronto, y está al alcance de nuestra mano.

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