¿Puede enseñarse Derecho de otra forma?

Por María Jesús González-Espejo

Socia Directora de EmprendeLaw

Sí, estamos seguros de que es posible enseñar Derecho de otra forma. Y no sólo es posible, sino necesario hacerlo. Agota escuchar a los profesionales con experiencia quejarse de la falta de adecuación de quienes comienzan a ejercer.

Aún recuerdo cuando llegué a estudiar mi postgrado al Instituto Europa de la Universidad de Amsterdam, con mi flamante beca y expediente académico y me tuve que enfrentar a una forma totalmente distinta de educar. En cuanto me asignaron los primeros trabajos, tomé consciencia de mi falta de preparación, de mi incapacidad para investigar, para separar el grano de la paja, para pensar y contestar a preguntas cuya respuesta no estaba en un libro, sino esparcida entre múltiples artículos y monografías. La juventud, la ilusión por aprender y el apoyo de algunos compañeros nórdicos me ayudaron a adaptarme con rapidez al nuevo sistema y a salir airosa del duro trance. No empiezo este artículo de esta manera porque esté senil y con ganas de hablar de mejores tiempos pasados, sino porque quiero hablar de un tema que me preocupa enormemente como es el del inmovilismo en los métodos de docencia en los estudios de Derecho en nuestro país y también para compartir con vosotros algunas interesantes experiencias que quizás sirvan de guía a otros que deseen explorar nuevas formas de enseñar.

Hace más de 20 años que dejé la universidad, pero cuando hablo con mis becarios y me cuentan cómo les enseñan, me doy cuenta de que casi nada ha cambiado. Un profesor entra en el aula, comienza a hablar desde el estrado, lo hace durante 45 minutos por término medio y se despide hasta el próximo día de sus alumnos. Como mucho, los innovadores, usan presentaciones con alguna imagen y, a veces, hasta interactúan con su clase. Los más atrevidos hasta incluyen supuestos prácticos, que los alumnos deben resolver aplicando los conocimientos teóricos que el profesor les ha transmitido.

Pero, ¿podría enseñarse Derecho de otra forma? Es cierto que nuestra ciencia requiere el análisis del marco jurídico y de la jurisprudencia y la transmisión de muchos conceptos teóricos para los que la oratoria se presenta como una de las mejores metodologías de formación, pero es innegable también que existen otras formas de aproximar la materia a los alumnos. Expongo a continuación algunas de las que se están utilizando en varias universidades españolas y nótese que no se trata sólo de nuevas metodologías pedagógicas para enseñar Derecho sino, además, de enseñar al alumno algo cada vez más importante: la necesidad de ser un abogado multidisciplinar. Ya no basta y cada vez bastará menos con saberse las leyes y sentencias; además hay que ser un poquito médico, farmacéutico, informático o periodista. Esos son los profesionales que demanda hoy la sociedad, humanistas formados en las ciencias jurídicas que comprenden la realidad con toda la complejidad que presenta. Pero entremos en materia y veamos juntos lo que algunos intrépidos y creativos profesores están haciendo con y para sus afortunados alumnos:

Enseñar Derecho a través del cine, documentales y series de televisión

Por ejemplo, Ana Gemma López Martín, Profesora Titular de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) lo hace a través del cine. Su innovadora forma de enseñar consiste en seleccionar y hacer visionar a los alumnos, en casa o en un cine forum, películas que abordan temáticas variadas de Derecho Internacional (entre otros títulos han analizado: Diamantes de sangre, Inside Job, Amistad, Capitán Phillips, La Flor del desierto y Argo), así como de documentales y series de televisión en abierto, como El ala oeste de la Casa Blanca, Castle, o Blue Bloods. Al alumno se le pide que responda a una serie de cuestiones expuestas en una ficha elaborada para cada película y luego se dialoga sobre ellas. Con toda seguridad esta forma de analizar cuestiones clave a través de una realidad, aunque sea cinematográfica, aporta al alumno una visión de gran valor aplicada del ordenamiento jurídico.

Enseñar Derecho a través de las publicaciones de los medios de comunicación

Otro método utilizado por la misma profesora es el del análisis de lo que dicen los medios de comunicación sobre un tema de actualidad. En palabras de la propia profesora “el Derecho internacional público es una disciplina jurídica en constante y permanente evolución que forma parte del día a día de la actualidad internacional. Ello trae como consecuencia que, los medios de comunicación, tanto escritos como audiovisuales, se hacen eco diariamente de múltiples acontecimientos internacionales sucedidos en cualquier parte del mundo y que guardan relación directa con la aplicación o inaplicación de una norma internacional. Por ejemplo, hostigamiento de la policía británica a pescadores españoles en la bahía de Algeciras, admisión de Palestina como Estado no miembro de la ONU, anexión de Crimea por parte de Rusia, violación de la soberanía territorial ucraniana por la entrada de convoys rusos sin permiso, buenos oficios del Papa Francisco para que EEUU y Cuba reanuden sus relaciones… Aunque la forma en que estos asuntos son abordados por los medios de comunicación resulta en ocasiones errónea, y no se ajusta siempre a lo que establece el Derecho internacional. Los medios de comunicación son una herramienta novedosa, actual y atractiva para el alumno para la docencia práctica del Derecho internacional”.

La innovadora actividad docente se articula en dos fases. La primera, la búsqueda de noticias que aborden cuestiones jurídico-internacionales. La segunda, el análisis crítico de las noticias a través de tres tareas: primero, identificación de la cuestión jurídico-internacional subyacente en la noticia; segundo, el análisis de su correcto o incorrecto planteamiento por parte del medio de comunicación en cuestión -es decir, hay que lograr identificar si lo que dice la prensa es correcto o si, por el contrario, lo que está diciendo no es realmente lo que establece el Derecho Internacional-. Como señala la profesora “es muy frecuente escuchar noticias donde confunden a La Corte Penal Internacional que solo conoce de crímenes cometidos por personas, con la Corte Internacional de Justicia, que resuelve contenciosos entre Estados -ambas con sede en La Haya-; o confundir las Organizaciones Internacionales con las ONGs o no saber que las 12 millas de mar territorial son territorio del Estado… por poner algunos ejemplos reales”. Finalmente, los alumnos deben definir las posibles soluciones jurídicas al caso concreto. Uno de los casos que más interés ha generado en los alumnos ha sido Assange, tanto por los gazapos que la prensa y la televisión han cometido, como por el análisis de soluciones posibles.

Los alumnos que hayan disfrutado de esta actividad habrán tenido la oportunidad de acercarse al “poder de los medios de comunicación”, comprender el concepto de juicio paralelo con claridad y prepararse en suma para un mundo donde la comunicación influye casi siempre con contundencia en la realidad.

Enseñar Derecho a través del uso de la técnica del One Minute

Otro proyecto de naturaleza interdisciplinar es el llamado One Minute. Esta técnica sirve para evaluar al discente (alumno) y al docente (profesor) y consiste en hacer preguntas cortas al final de la clase para ver si los alumnos han entendido bien la materia, calificando su respuesta y luego comparándola con otras disciplinas. Una de las ventajas de esta técnica es que a través de una pregunta corta (por eso el término One Minute) se pide al alumno que responda lo que le ha parecido más interesante de la clase de ese día y lo que ha entendido peor. Así, el profesor obtiene una valiosísima información para evaluarse a sí mismo.

Esta técnica se ha usado en la Universidad Complutense de Madrid para asignaturas del Grado en Derecho de primero (Historia del Derecho), segundo (Derecho internacional público), tercero (Derecho internacional privado) y cuarto (Informática jurídica); de dobles grados, y en máster, con el objetivo de comparar resultados y ver si las calificaciones y el entendimiento aumenta según los alumnos van subiendo de curso; entre grado y Doble grado; entre grado y máster.

Si alguno de estos alumnos decidiera dedicarse en un futuro a la prestación de servicios jurídicos, estoy convencida que no tendría los reparos que tienen muchos de mis clientes abogados a preguntar a sus propios clientes el nivel de satisfacción que tiene con sus despachos. Pues habrán aprendido que preguntar para que nos evalúen es un arte y que aplicarlo con destreza genera a medio plazo sobre todo riqueza.

Enseñar a desarrollar la habilidad del asesoramiento y divulgación del conocimiento jurídico a través de la arqueología y la filología

Lo interesante de este proyecto impulsado por José-Domingo Rodríguez Martín, Profesor Titular de Derecho Romano en la Universidad Complutense de Madrid, es su carácter multidisciplinar. La idea surge de la coincidencia de intereses de profesores de disciplinas de tres facultades: Derecho,  Filología e Historia. El grupo mixto pretende formar a los alumnos en la dimensión social de la formación universitaria. Según señala el propio profesor “el objetivo es que mis alumnos de Derecho sean conscientes de la utilidad social y cultural de su formación jurídica, y vean que con sólo un semestre de estudios de Derecho pueden desde asesorar ya a otros profesionales o divulgar a nivel social contenidos jurídicos, pero a la vez, deben ser conscientes de la necesidad que tiene todo jurista de contar con especialistas de otras áreas para entender la vida que nos rodea, y sobre la que trabajará aplicando normas y jurisprudencia”. Así los alumnos de primero del Doble Grado de Derecho/ADE han tenido la oportunidad de asesorar a sus compañeros, mayores que ellos y de otras Facultades “con la auctoritas de un jurista experimentado”. Como explica el profesor “su objetivo era estudiar una Ley romana que se conserva en el Museo Arqueológico (el bronce de la lex Salpensana), con el objeto de analizar su contenido y montar una web interactiva donde cualquier usuario pueda, pinchando en una imagen de la ley, encontrar las explicaciones de mis alumnos sobre el contenido jurídico de la ley”. Lo interesante del proyecto es que los alumnos de Derecho necesitaron la ayuda de otros especialistas para poder hacer su trabajo y por ello, colaboraron mano a mano con alumnos de Máster, tanto de Filología Clásica (que les ayudaron con el texto de la ley) como de Historia (que les ayudaron a contextualizar la ley). 

Gracias a este proyecto, filólogos, historiadores y juristas han unido fuerzas y el resultado es una Web que va a ofrecer al usuario una manera fácil y amena de disfrutar del contenido del bronce del Museo Arqueológico, y donde encontrará las explicaciones filológicas, históricas y, sobre todo, jurídicas, de alumnos de tres facultades diferentes de la UCM.

Además, los alumnos han tenido la oportunidad de realizar un seminario multidisciplinar y unas prácticas en el Museo Arqueológico con acceso directo al bronce original.

El objetivo final de esta actividad, en palabras del profesor Rodríguez Marín es “que ahora extrapolen esta experiencia y continúen con la misma actitud en el resto de sus estudios jurídicos, fuera ya del ámbito del Derecho Romano”. Como he señalado al inicio del artículo, me parece ésta una enseñanza magistral y muy útil para los alumnos.

#CrocoProyect: enseñar Derecho utilizando internet y las herramientas que este medio ofrece

Twitter es una red social a la que se suman cada vez más juristas, por eso el profesor de Derecho Procesal de la Universidad de Málaga (UMA), Alberto Postigo, encargó hace algunos meses a sus alumnos del Seminario de Derecho Procesal sobre Internet y Redes Sociales, el ambicioso objetivo de conseguir miles de autorretratos de personas con un reptil de plástico o similar para aprobar su asignatura. El objetivo de la actividad era lograr que los alumnos conocieran bien todas las redes sociales para luego profundizar en sus aspectos legales.

Cocoproject

El proyecto recibió el nombre de CrocoProyect y logró una impresionante repercusión mediática (yo de hecho supe de él a través de una noticia en el telediario del mediodía) que, con toda seguridad, enseñó importantes lecciones a sus alumnos -a los que estoy convencida de que logró amalgamar como grupo, no hay más que ver la foto que han subido para identificarse en su perfil de twitter-, sobre las redes sociales y su capacidad de viralizar un mensaje, así como sobre las posibilidades que una buena idea puede generar a quien con valentía decide “romper moldes”. La otra gran beneficiada por la genialidad fue la Universidad de Málaga, que obtuvo una interesante publicidad, sin inversión alguna, logrando la vinculación de su imagen a la de la innovación y la tecnología.

Mi propia experiencia

Finalmente quiero compartir con vosotros mi propia experiencia; imparto la asignatura de habilidades profesionales en ICADE. A los alumnos les solicito, en varias ediciones del Máster de Acceso a la Abogacía de la Universidad de Antonio de Nebrija, realizar la siguiente actividad dirigida a lograr que los alumnos desarrollen habilidades tan importantes como la capacidad de investigar, sintetizar y escribir con corrección, así como de expresar sus ideas de forma persuasiva. El tema sobre el que les pido que investiguen es la innovación en el sector legal. De esta forma a través de un trabajo de investigación reflexionan sobre un tema de cierta complejidad, aprenden a diferenciar la información útil de la que no lo es y a redactarla indicando fuentes de forma correcta, respetando reglas esenciales de formato y estructura.

En conclusión, es posible innovar en la enseñanza del Derecho y hacerlo es esencialmente divertido. No tengo ninguna duda de que los alumnos disfrutan de estas experiencias y aprenden de otra forma, posiblemente menos “árida”, aspectos teóricos y aplicados del Derecho.

¿Has innovado tú también en tu forma de enseñar Derecho? Cuéntamelo, me encantará conocer tu experiencia.